Nos agobia una encrucijada de impotencia, pobreza, desesperanza y temor por el auge del crimen organizado y brutal.
El gobierno actual no ha llenado las expectativas que nos animaron a votar por él. Sus dubitaciones han propiciado, contrariamente a lo deseado, el fortalecimiento de una oposición obsesionada en obtener la impunidad y el olvido de los cuantiosos atracos cometidos.
Si no rompe la burbuja sostenida por el cerrado círculo de asesores de abolengo, divorciados de la realidad nacional y cambia radicalmente de conducta, seguirá prisionero de una Asamblea antipatriótica, obstruccionista y amnistiadora de delincuentes y de una dirigencia indígena insaciable que anhela derrocarle. Una justicia degenerada, la falta de un liderazgo firme, el grave desfinanciamiento del IESS, la carencia de plazas de trabajo, la falta de medicinas en los hospitales, la cuantiosa deuda con la que ahoga a SOLCA y a muchas instituciones particulares que brindan servicios médicos, la presencia de carteles internacionales de traficantes de droga y sus contaminaciones a políticos, jueces, marinos, policías y militares, son gestores de corrupción y del crimen organizado.
Urge que el Presidente de la República armonice un gobierno de integración nacional y convoque a las organizaciones sociales para generar un trabajo conjunto de combate patriótico a la crisis. Transformemos el “ni un paso atrás” en el estimulo de una lucha sin cuartel en contra de la inseguridad y si, como resultado del “golpe de timón”, se realiza una Consulta Popular, la apoyemos para alcanzar una Asamblea que sirva al país, un IESS financiado y funcional, una reforma laboral adecuada, una mejor salud y el fortalecimiento de los cuerpos de seguridad mediante leyes que protejan su accionar en defensa de los ciudadanos, al contrario de las ya elaboradas en la Asamblea actual, que protegen al delincuente.
La descomposición social del país no puede continuar. ¡Presidente actúe, el pueblo espera el beneficio del cambio radical de su gestión!