Reinaldo Páez Z.

De isla de paz a engendro social

La descomposición, en  que se sume a nuestro país, tuvo varios puntos de partida: - La metida de mano en la justicia, - la apertura de las fronteras para obsequiar la nacionalidad ecuatoriana a agnados y cognados,- la expulsión de la base de Manta para evitar controles al narcotráfico, - las asociaciones e inclusiones en la política a dirigentes de bandas delincuenciales nacionales y extranjeras, - cuantioso enriquecimiento ilícito de los integrantes del grupo político que, habiendo tenido recursos limitados, hoy los ostenta en demasía y los utiliza para mantener un proselitismo permanente entre la gente pobre, de fácil engaño y cándida credulidad.

Las estructuras éticas y morales se han corrompido, la compra de jueces  que liberan a delincuentes que no cumplen las penas y tampoco devuelven ni un centavo de los millones de dólares de su nuevo patrimonio de vergüenza, es un suceso tan repetido que, aunque hiere a los espíritus justos, volverá a producirse una y otra vez en esta tormenta de impunidades que no tiene solución pues, los organismos de justicia llamados a vigilar el buen desempeño de los encargados de aplicar la ley, han cambiado la naturaleza de sus funciones y en lugar de garantizar la pureza y rectitud de sentencias y absoluciones, destilan compromisos políticos repudiables. ¿Quién frena el afán desesperado de suspender o prolongar la labor de jueces de acuerdo a la conveniencia de quien dirige determinado consejo? ¿Quién sanciona al presidente de otro consejo que se empeña en destituir a la fiscal e inclusive a los jueces de la Corte Constitucional, a pesar de carecer de esa competencia? Vivimos en un caos indescifrable: las guardias de los privados de libertar los incitan a humoradas bailables, dos   radiodifusoras, financiadas con impuestos de los ciudadanos mantienen un proseletismo atosigante en favor de la candidata de su línea política ¿peculado?. El narcotráfico y la narco política siembran el terror en el país.

Tenemos una oportunidad de encontrar rectificaciones. No la desperdiciemos.