1.- 1.¿Cuál considera que es el panorama para la atracción de inversiones en 2023?
Para mirar panorámicamente este tema podríamos iniciar señalando que en general las perspectivas de la economía mundial no son halagadoras. Existen demasiados problemas cuyas soluciones no tienen un calendario razonablemente definido. En el plano económico, la inflación vuelve a ser un perturbador que pone serias interdicciones a varios frentes: altera los mercados financieros con restricciones cuantitativas, cambios en las tasas de interés y movimientos en los tipos de cambio. Los flujos de capitales relevaron sus vectores y ahora demuestran preferencia por los mercados de economías avanzadas, mientras reducen las disponibilidades para las economías emergentes con el agravante del encarecimiento de los costos de financiamiento. Obviamente, sufre la economía real y su dinámica flaquea. Habrá un crecimiento menor, incluso podrían darse casos de recesión, con sus colaterales en inversión y empleo.
La goepolítica apura el tema con el conflicto en Ucrania y el desconocimiento de Rusia del Orden Político Internacional. China hace su parte con Taiwán y su nueva etapa de desarrollo.
El Ecuador por su parte sigue embebido en una lucha política interna desgastante, carente de principios y valores que repele, en ese ambiente internacional de incertidumbre, los pocos recursos que podrían romper este ciclo de crecimiento magro, insuficiente para superar los daños que trajo la pandemia y encarar los retos de la nueva economía.
El Sector público dispondrá de recursos limitados para la inversión pública y será el sector privado, como ha sido siempre, el que marque la dinámica de crecimiento. Tal vez las alianzas público privadas puedan ayudar mientras las reformas de fondo indispensables dentro del marco de la dolarización seguirán maniatadas por la irracionalidad política imperante en los grupos opositores.
2.- La firma de un acuerdo comercial entre Ecuador y China está en puertas, ¿cuáles son los sectores que se deben proteger de esta negociación y por qué?
China es muy agresiva en su política comercial. El desarrollo de los últimos 40 años lo sustentó en su capacidad de incursionar en los mercados internacionales y en el desarrollo inmobiliario. Por lo tanto, la negociación debe reconocer esta realidad para evitar que sus productos básicos sustituyan a las actividades nacionales que no están en posibilidad de competir por lo menos en el corto plazo. Ejemplo: textiles, confecciones, zapatos, linea blanca, ciertos alimentos. Para eso necesita tener una lista clara de excepciones o de exclusiones temporales (10 o mas años). El Ecuador debe mirar los resultados obtenidos por Chile, Perú entre otros para marcar su cancha.
El apuro no es buen consejero, como tampoco lo es una lentitud excesiva. “No por tanto madrugar amanece más temprano” China es ahora el principal socio comercial y cualquier error puede ser fatal.
3.-¿En qué se debe enfocar la política de competitividad del país, para que el sector productivo pueda enfrentar los nuevos desafíos del 2023?
El concepto de competitividad ha sido tan manoseado que perdió mucho de su vigor político. Son muchos años de tratarla y pocas acciones emprendidas. Con la dolarización los requisitos de competitividad obligan a estándares de eficiencia y productividad muy altos para lograr la captura de un pedazo de los mercados internacionales. Los acuerdos comerciales, algunos en marcha, sin duda son instrumentos que imponen condiciones, duras pero alcanzables en este plano, para obtener los beneficios de sus concesiones.
Aquí, en este campo se ve los resultados de la educación en la capacitación de la mano de obra y la suficiencia para realizar labores que superen las elementales o básicas. Ahí entra también la política laboral que requiere una comprensión con el mundo actual, sus retos y cambios que no son marginales.
La competitividad es un concepto dinámico que obliga a su evaluación permanente. Al cambio constante. A la apertura conceptual y acomodo persistente.