Ante 1 700 personas y a pocos pasos de las tres damas más publicitadas del país y figuras de la Asamblea -Gabriela, Rossana y Marcela- presentará hoy su “Informe a la Nación” el Gran Jefe Rafael. No hay duda de que será escuchado con más interés que en los años anteriores. Ayer todo marchaba sobre rieles y sobraban los dólares. Ahora no faltan los curiosos que quieren saber las quisicosas de la economía ecuatoriana modelo 2015 y las perspectivas para el futuro, incluyendo el 2017. Seguramente, piensan los ciudadanos, será un informe bastante largo, tal como sucede en los últimos tiempos con las cadenas radiales y televisivas, que al principio eran cortas, luego medianas y a estas alturas de la historia correísta son larguísimas.
Además, el Jefe está bien entrenado con las sabatinas que se manda desde hace ocho años, casi sin falta y siempre con más de tres horas de duración, sobre todo cuando fustiga a la prensa o cuando el mashi Maldonado está de buen humor o muestra su envidia por los desayunos y almuerzos presidenciales. Con el añadido de que Correa es un gobernante discurseador, que se pronuncia sobre todos los temas y está siempre dispuesto a dar codazos a los adversarios y destacar los éxitos oficiales, las inauguraciones y las ventajas de la reelección. Entre otras cien cosas.
¿Y qué va a suceder en el 2017? La reelección indefinida ya fue aprobada, por cierto, en el ámbito legislativo, siempre de acuerdo con los proyectos presidenciales. Vienen las preguntas. ¿Se acogerá el Jefe a la reelección? ¿Cuatro añitos más? ¿O designará a un sucesor? Eso no lo dirá hoy. Es una incógnita que se despejará el 2016. Dicen los chismosos que el Presidente afronta dudas. ¿Lidiar a las vacas flacas después de ocho años de vacas gordas? ¿Mandar más de 10 años desde Carondelet? ¿Abandonar las delicias del poder y sus amarguras? ¿Tomarse un descanso para volver? Son dilemas serios que no se van a esclarecer en el informe de hoy sino con el paso del tiempo.
Ya se ha dicho y hoy es obligatorio repetir. Correa tuvo durante ocho años el gusto presidencial de un petróleo de cien dólares, con todo lo que ello significa en obras y más si se lo gasta a plenitud, sin escatimar los dispendios. La baja del precio y la apreciación del dólar ya vienen causando sus efectos, reflejados en salvaguardias, en más deuda, en ahorros y hasta en incursiones en otros fondos, pero sin bajar la guardia y manteniendo, por lo menos en apariencia, la búsqueda de votos. Se perfilan algunos cambios, entre ellos el impulso a una mayor inversión privada y cierta limitación en el gasto público, pero se requiere de algunos factores más para enfrentar los problemas y evitar una ingrata situación de crisis.
Hay, pues, interés por el informe presidencial de hoy. Serán 1 700 los testigos presentes pero muchísimos más los oyentes, televidentes y lectores. El Jefe Rafael tiene la palabra cuando hay inquietud por la economía y el panorama del Ecuador 2015 es de obvia y cada vez mayor expectativa. Adelante, Presidente.
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