La Comisión Ecuménica de Derechos Humanos, Cedhu, suma entre el 2010 y el 2013, nueve denuncias con 22 presuntas víctimas en las Fuerzas Armadas.
El caso reciente da cuenta de castigos corporales con latigazos inferidos con una trinca (soga con nudos) en la base aeronaval de Puerto Baquerizo Moreno, capital de Galápagos, en agosto. Un oficial y dos sargentos imputados habrían propinado el castigo -prohibido irrestrictamente- a conscriptos para indagarlos por un supuesto ingreso de droga.
Una oficial mujer formuló la denuncia y, de acuerdo con el oficio, habría advertido al teniente de navío ahora investigado que se consumaba un atentado a los derechos humanos. De comprobarse estos hechos, las penas podrían ir desde la censura hasta el arresto y separación del cargo. Desde hace cerca de dos décadas las Fuerzas Armadas nacionales han venido exigiendo el cumplimiento constitucional del respeto a los derechos humanos dentro de sus filas y del mismo modo en el trato con la población civil. Es tarea compleja, dado la anacrónica y vertical estructura de la institución y prácticas del pasado arraigadas, difíciles de desterrar.
Entre los casos que acopia la Cedhu están los de discriminación racial, maltratos que acarrearon la muerte de un conscripto y otros. El Ecuador debe superar con apego a la Ley y los tratados internacionales estas execrables costumbres. Es bueno investigar tanto el pasado como el presente.