El Gobierno de Daniel Noboa enfrenta una tormenta política en la Asamblea Nacional. Desde la aprobación de la enmienda sobre los vetos presidenciales hasta el rechazo de la terna oficialista para el Consejo de la Judicatura. No hay que olvidar las tensas declaraciones del viceministro de Gobierno, Esteban Torres. Visto así, los obstáculos para el Ejecutivo aumentan y parecieran insuperables.
El futuro del gobierno de Noboa dependerá en gran medida de su capacidad para leer esta nueva realidad política. Necesita encontrar maneras de reconciliarse con una Asamblea fragmentada y beligerante, establecer puentes, buscar consensos que le permitan pasar las leyes que necesita y lograr que no le censuren a sus ministros.
La aprobación de la enmienda constitucional del artículo 138 de la Constitución es un claro ejemplo de cómo la Asamblea busca reequilibrar su influencia. Con 94 votos a favor, la Asamblea decidió que ratificará un proyecto de ley con solo 70 votos en lugar de los 92 requeridos anteriormente para superar un veto presidencial.
Esta enmienda, pretende dotar a la Asamblea de una mayor capacidad para legislar sin la amenaza constante de un veto presidencial. Si bien este cambio puede parecer un ajuste técnico, en realidad representa una erosión significativa del poder presidencial. Noboa, que tuvo apoyo de otras fuerzas legislativas, ahora se enfrenta a una Asamblea con herramientas más poderosas para contrarrestar sus decisiones.
El rechazo de la terna oficialista para el Consejo de la Judicatura es otro revés importante para el gobierno de Noboa. La propuesta del oficialismo, que incluía a Camila Moreno, Juan Gabriel Terán y Felicita Silva, fue superada por una terna alternativa presentada por la bancada del Movimiento Construye, apoyada por el Partido Social Cristiano (PSC), la Revolución Ciudadana (RC) y varios legisladores independientes.
Con 84 votos, la Asamblea aprobó la terna compuesta por Pablo Villagómez Reinel, Priscila Castro Hurtado y Carlos Salmon Alvear. Este resultado no solo refleja la falta de asertividad del Ejecutivo. Muestra la habilidad de la oposición para unirse y formar frentes comunes contra el gobierno.
Por último, las declaraciones del viceministro de Gobierno, Esteban Torres, han añadido leña al fuego. Torres, conocido por su retórica aguda y crítica, ha señalado que tres partidos en la Asamblea han formado una alianza con 82 a 83 votos en contra del Gobierno. Esta alianza ha sido evidente en las votaciones conjuntas y en la formación de comisiones multipartidistas que contravienen las propuestas del Ejecutivo.
Las palabras de Torres han exacerbado las tensiones políticas y han dejado al descubierto las fracturas dentro del sistema político ecuatoriano. Al señalar a sus opositores, Torres no solo alimenta la confrontación sino que también pone en evidencia la vulnerabilidad del gobierno de Noboa, que parece cada vez más aislado y sin los apoyos necesarios para implementar su agenda.
La situación actual de Noboa es compleja. La Asamblea Nacional ha demostrado ser un adversario que se despierta, luego de una larga temporada con votaciones conjuntas, y que ahora es capaz de imponer límites al poder presidencial y de desafiar las decisiones del Ejecutivo de manera efectiva. Noboa debe enfrentar esta realidad con una estrategia renovada, buscando alianzas y compromisos que le permitan navegar en un entorno político hostil.
El futuro del gobierno de Noboa dependerá en gran medida de su capacidad para leer esta nueva realidad política. Necesita encontrar maneras de reconciliarse con una Asamblea fragmentada y beligerante, establecer puentes, buscar consensos que le permitan pasar las leyes que necesita y lograr que no le censuren a sus ministros. El Ejecutivo debe adaptarse a la nueva realidad y encontrar nuevas vías para la gobernabilidad.