Las ciencias y la tecnología están en constante y vertiginoso avance, que presagian consecuencias cada vez más importantes para la humanidad, la sociedad y el planeta.
La organización “Geneva Science y Diplomacy Anticipator” (GESDA) creada recientemente para analizar, acelerar y anticipar las oportunidades de avances científicos para el mundo tiene como objetivo “usar el futuro para construir el presente”. Dicha iniciativa, con sede en Ginebra, requiere un enfoque moderno de una diplomacia comprometida con buscar soluciones a los grandes retos del planeta.
Basta mencionar que los efectos antropogénicos del cambio climático y la pandemia del covid-19 están vinculados al progreso y al desarrollo acumulativo de las ciencias. El anticiparse a lo que ocurrirá en las tecnologías y las ciencias en las comunidades a nivel planetario es esencial para la gobernanza del planeta y de los estados-nación, en los espectros nacionales y locales.
Es fundamental subrayar que pocas entidades nacionales, universidades e instituciones de investigación están correlacionando los avances en ciencias con el ejercicio de la diplomacia internacional para la resolución de conflictos y crisis, la solución de problemas como el hambre, la pobreza, el desarrollo, los derechos humanos, la migración, entre otros.
El Informe de GESDA fue consultado con 543 eminencias mundiales, quienes anticipan los avances científicos más significativos que se espera en los próximos 5, 10 y 25 años. Cuatro son los campos centrales de este análisis: 1. Inteligencia artificial, 2. Nuevas tecnologías y avances científicos que mejoran la resiliencia humana, 3. La regeneración de ecosistemas y geoingeniería y, 4. La relevancia creciente de la diplomacia científica global.
Es necesario tener una visión holística de los descubrimientos y avances que ocurren en tecnología y ciencia para usarlos en beneficio de los pueblos del planeta y no condenarlos a los archivos de las entidades que los han desarrollado. La propuesta es poner las capacidades de las ciencias al servicio de la humanidad mediante rigurosos estudios.
Lo frustrante de este informe es leer como varias sociedades enfrentan los retos de largo aliento, usando los instrumentos de la lógica y las ciencias, mientras otras debaten temas que ya deben estar superados y que les ancla en el pasado, sin perspectivas de un mejor futuro para sus poblaciones.
Debemos aprender de este importante análisis y llevar a nuestro país a una de las unidades de esta iniciativa, para que los centros académicos, las alianzas público-privadas y el Estado puedan tener perspectivas que den soluciones a las urgentes necesidades de la nación, la región y el planeta.