Ha transcurrido algo más de un siglo, casi 102 años, desde la inauguración del Canal de Panamá, el 15 de agosto de 1914, hasta la fecha de funcionamiento de la ampliación de esa vía marítima, el 19 de junio del 2016.
El 3 de septiembre del 2007 se iniciaron los trabajos para triplicar el ancho de esa ruta que conecta a los océanos Pacífico y Atlántico y permite el paso de navíos tipo Neopanamax, de hasta 366 metros de largo y 55 de ancho, equivalentes a cuatro canchas de fútbol, capaces de transportar 14.000 contenedores u 8.000 automóviles.
Esta gigantesca obra, cuyo costo ascendió a 5.250 millones de dólares, constituye un valioso aporte para el comercio internacional y para la integración intercontinental.
El Canal ampliado es al mismo tiempo, un reto para que los países, entre ellos Ecuador, que aún no cuentan con la estructura portuaria que permita el acceso y operación de los modernos barcos tomen las previsiones pertinentes.
En nuestro caso un primer paso es la suscripción del contrato de concesión por 50 años a la empresa D.P. World para la construcción de un moderno terminal marítimo en Posorja, con inversión de 1 200 millones de dólares.
Con 14.2 millones de toneladas métricas en el 2015, nuestro país está ubicado en noveno lugar del ranking de usuarios del Canal, que encabezan Estados Unidos con 162.9 millones de toneladas.
El cruce del canal dura entre 8 y 10 horas. El año pasado lo utilizaron 12.386 embarcaciones que hasta agosto deaño 1914 tenían que dar la vuelta por el Estrecho de Magallanes y el Cabo de Hornos, al sur de Chile.
La historia del proyecto de construcción del Canal de Panamá data de la Colonia, pero fue a fines del siglo XIX, cuando no se disponía aún de los avances técnicos actuales que emprendió Francia la obra, pero la abandonó luego y la asumió Estados Unidos, que firmó un contrato con el Gobierno de Colombia, país al que entonces pertenecía el Istmo, pero se opuso el Senado de este país, ante lo cual Panamá declaró su independencia el 3 de noviembre de 1903 y ratificó el convenio que contemplaba el dominio de Washington, a perpetuidad, del Canal y de un margen de 8 kilómetros de ancho a ambos lados, a cambio de un pago de 10 millones de dólares y una pensión mensual de 250 mil dólares, pero el 7 de septiembre de 1977 se firmó el Tratado Torrijos Carter ( entre los presidentes de Panamá y Estados Unidos )y el 31 de diciembre de 1999, a las doce de la noche, el Canal revirtió íntegramente a manos panameñas.
Nicaragua y México también han intentado construir sendos canales en sus respectivos territorios, pero hasta ahora todo ha quedado en nada. Mientras tanto, el Ministro de Economía y Finanzas de Panamá afirmó que la tasa de crecimiento de ese país, cuya moneda de uso común es el dólar, será de 5 por ciento el actual y los próximos diez años, gracias a los beneficios del tantas veces mencionado Canal.