Cuando la política ecuatoriana era menos corrupta de lo que es ahora, se daban casos y cosas. En el último período del doctor Velasco Ibarra, su partido alcanzó un compromiso con el Partido Liberal, al que el ingenio popular lo calificó de Pacto Mordoré, a través del cual un importante dirigente liberal, que hasta días antes estuvo en la oposición, llegó a ser Ministro de Gobierno. Como consecuencia de este hecho, jóvenes dejaron esa tienda política y fundaron la Izquierda Democrática. Años más tarde, cuando el abogado Roldós estaba en Carondelet, un diputado de Cañar, obviamente de oposición, votó con la tesis del Gobierno a cambio de una partida presupuestaria para una biblioteca en Azogues. Este hecho se lo conoció como el ‘Clavijazo’ en homenaje al político que actuó de tal manera.
En esta época a esas alianzas ya no les llaman componendas, sino usan el eufemismo de Acuerdos de Gobernabilidad, que no son nada más que prácticas corruptas ejecutadas por la partidocracia que gobierna.
El Acuerdo de Gobernabilidad ha sido “bote por voto”. Explico: Un asambleísta, supuestamente de oposición, cuyo bote, por orden de las autoridades del Parque Nacional Galápagos estaba suspendido de realizar labores de turismo en las islas Galápagos, el día de la elección del Presidente de la Asamblea Nacional no asistió, y fue su alterna quien votó en blanco, permitiendo la reelección de Cordero. Luego de ello, las “percepciones” empiezan a producirse.
La primera, es el hecho de que pocos días antes de las elecciones en la Asamblea, se haya sancionado con la suspensión de navegar a un bote cuyo propietario, entre otros, era un asambleísta de oposición.
La segunda “percepción” se presenta cuando el juez de garantías penales a cargo de la acción constitucional propuesta por el dueño del bote, levanta la suspensión impuesta a la embarcación.
La tercera “percepción”: Las autoridades del Ejecutivo no pidieron aclaración o ampliación de la resolución del juez; tampoco presentaron apelación ni iniciaron una acción extraordinaria de protección, como suelen hacerlo cuando desean fastidiar a un particular.
La cuarta “percepción”: Para aparentar acabar con las “percepciones”, el Consejo de la Judicatura de Transición destituye al juez de Galápagos que autorizó el zarpe del bote.
Las prácticas feroces de lo peor de los pactos, convenios, alianzas, compras de conciencia, hombres del maletín, componendas, clavijazos, han reaparecido con más desparpajo, pero con nueva terminología (acuerdos de gobernabilidad), que se los creen los tontos, pero no hacen más que demostrar que el gobierno es más malo que otros, pero cuenta con recursos económicos que le permite vender su imagen de transformador de un país hondamente dividido e inseguro.