La paradoja del asno de Buridán relata la situación de un borrico que, encontrándose entre dos parvas de heno de similares características y ubicadas a la misma distancia, no halló argumento que le permitiera decidir por una o por otra y se quedó inmóvil e indeciso hasta morir por inanición. En realidad no fue Jean Buridán, filósofo del siglo XIV, el inventor de la paradoja, pero le dio su nombre porque planteó el problema del libre albedrío y sostenía que si la voluntad presentaba dos alternativas como igualmente deseables, no podía haber elección. El filósofo resolvía diciendo que, en ese caso, la voluntad podía aplazar la decisión, inclinar al intelecto a considerar una sola de las alternativas y cuando la otra alternativa, aunque sea mejor, quedaba fuera de la conciencia, la voluntad podía escoger.
Los integrantes de la Asamblea Nacional están repartidos en tres grupos o bloques; el bloque gobiernista cuyos miembros dependen de las directrices de su líder; el bloque de oposición cuyos miembros dependen de sus partidos; y el bloque de independientes compuesto por asambleístas que han renegado de sus partidos y no dependen de nadie.
En la elección de presidente de la Asamblea Nacional, algunos de los integrantes del bloque de independientes encarnaron la paradoja del asno de Buridán porque, según la explicación que dieron, no les fue posible decidir ni por el candidato gobiernista ni por el candidato de oposición y, faltándoles una razón suficiente, votaron en blanco. Esa indecisión pudo ser de origen positivo o negativo, es decir, que no pudieran inclinarse por ninguno de los candidatos por ser los dos igualmente malos; o que por ser los dos candidatos igualmente buenos, les fuera imposible una decisión racional.
El asno de Buridán es una ficción que sirve para explicar el proceso de las decisiones racionales, pero su encarnación en la Asamblea, por lo que se conoció más adelante, parece que no fue tan racional. No se había producido una parálisis por falta de razón suficiente, ni había dilema; lo que había era una tercera parva de heno de mejor calidad, que no era visible para nosotros aunque era conocida por el asno filosófico y por los encargados del heno. Pretendieron hacernos creer que se trataba de un dilema filosófico aprovechándose de la reforma legal que le dio valor al absurdo voto en blanco. Es absurdo porque se define como un voto que no vale para ninguno de los participantes en la elección, pero después vale para el ganador. Es decir un voto que vale y no vale. No vale para el candidato antes de que gane, pero vale después que ha ganado, y ha ganado justamente con los votos que no valían. Estuvieron a punto de hacernos creer que el asno de Buridán había elegido al Cordero de la Asamblea.