Luego de ocho años, los jefes de Estado y Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y de la Unión Europea (UE) volvieron a reunirse en la III Cumbre UE-CELAC que tuvo lugar este 17 y 18 de julio en Bruselas. Se trató de una reunión histórica —que coincide con la presidencia pro tempore de España del Consejo de la UE luego de 13 años— y que sirvió para afianzar el diálogo político birregional, los intercambios comerciales, las inversiones privadas y la cooperación en sectores clave del desarrollo.
La UE es un aliado estratégico para América Latina y el Caribe, y en particular para Ecuador. Desde la entrada en vigor en 2017 del acuerdo comercial con la UE, nuestras exportaciones han aumentado en más de USD 1.000 millones. En 2022, el intercambio comercial superó los USD 7.145 millones —con un balance positivo para el país, que registró un superávit de cerca de USD 620 millones— lo que hace a la UE, nuestro tercer socio comercial, solo por detrás de EE.UU. y China. Adicionalmente, desde 2017, hemos recibido desde el viejo continente, más de 1.722 millones en Inversión Extranjera Directa (IED), lo que lo convierte en nuestro principal inversionista; con el aditamento adicional, de ser la UE, el primer donante de ayuda oficial de nuestro país. En esta cumbre, Ecuador firmó un memorando de entendimiento para el fortalecimiento de las relaciones, el comercio, la paz y la democracia; y, fue oportuno para trasladar la solicitud a la Unión Europea, de estudiar la factibilidad de conceder a los ecuatorianos, la exención de la visa Schengen. Un hecho que aún no logra concretarse.
La UE y América Latina y el Caribe son regiones altamente compatibles, no solo por la historia, valores y cultura, sino también, por la similitud de los retos que enfrentamos. Por ejemplo, entre las prioridades que ha definido España para la UE están la: i) reindustrialización, para lo cual pondrá especial énfasis en la relación comercial con América Latina y el Caribe para el reforzamiento de las cadenas de suministro, ii) digitalización, en el marco de la estrategia de inversiones de Global Gateway, que en marzo de este año puso en marcha la Alianza Digital Unión UE-América Latina y el Caribe, con el objetivo de impulsar la transformación digital centrada en el ser humano, y iii) transición ecológica, ámbito en el cual la cooperación europea ha concentrado sus esfuerzos para apoyar a las empresas de la región, en adaptarse a los nuevos estándares del Pacto Verde Europeo.
Para aprovechar las oportunidades que trae este relanzamiento de las relaciones birregionales, el sector empresarial latinoamericano y el europeo arraigado en la región, deben formar parte activa del diálogo. Por ello, las empresas deben estar bien informadas sobre las políticas y procedimientos de las instituciones públicas, y comprender cómo pueden contribuir al desarrollo sostenible y al fortalecimiento de las relaciones comerciales entre ambas regiones. Es precisamente ese el tema que aborda la edición 40 de la revista UNO de LLYC, que se ha centrado en la cooperación entre América Latina, el Caribe y Europa. En ella, más de 20 expertos comparten sus reflexiones sobre las nuevas posibilidades de cooperación entre estas regiones. La revista es un recurso valioso para aquellos interesados en profundizar el entendimiento de esta relación estratégica.