No se puede medir con vara alta a un gobierno inesperado que ha administrado el Ecuador durante 6 meses. Son tan grandes los problemas a resolver que, para no mentir, tenemos que ser comprensivos de lo que constituye una crisis crónica en todos los aspectos.
Para empezar, tenemos un Presidente elegido sorpresivamente, que junto con sus amigos y amigas, que están de pasantía en los ministerios, no podrán decidir algo importante, salvo excepciones. Estas hicieron posible el entendimiento político para resolver la iliquidez causada por la irresponsabilidad de un gobernante errático como Lasso. Para aspirar a forjar un Nuevo Ecuador necesitamos formar partidos con profesionales de la política con redes sociales exitosas. Con el actual equipo de gobierno no podrá soñar en un nuevo Ecuador.
Pero el gobierno tiene la obligación de decir la verdad, para ser creíble y obedecido. Frente a un problema humano terrible que tienen 4 millones y medio de ecuatorianos que viven con menos de 3 dólares diarios, no debemos aventurar cifras sin respaldo, como afirmar que se ha creado empleo para más de 100 mil jóvenes, cuando las cifras de afiliaciones del IESS son muy inferiores. Como el Estado altamente endeudado no tiene recursos para crear empleo, el gobierno debe eliminar el injusto subsidio al diesel para que tener con qué invertir en obra pública, que dé empleo formal a los compatriotas pobres y vulnerables. Un nuevo Ecuador será cuando estas injusticias comiencen a desaparecer.
Como la riqueza básica es nuestro petróleo, hubiésemos deseado que el Presidente nos diga cómo va a solucionar el desastre administrativo de Petroecuador, cuyo descalabro es tan grande que ninguna empresa auditora prestigiosa del mundo quiere hacer una auditoría independiente, para saber si los datos que entregan los numerosos gerentes de Petroecuador son confiables, sin lo cual es difícil que vengan empresas extranjeras a invertir para poner en valor la riqueza inmensa que todavía está bajo tierra. Pero Noboa no tiene ni siquiera un ministro titular ni un equipo que responda por la gestión de Petroecuador. Así no se puede hacer un nuevo Ecuador.
Por lo demás, debemos augurar que la militarización en democracia logre disminuir la corrupción y el crimen.