Las vacaciones o feriados suelen generar interrogantes en quienes tienen dentro de su familia un integrante de cuatro patas. Foto: Pixabay.
Las vacaciones suelen ser un tiempo de disfrute y relax. Sin embargo, a los clásicos “problemas” que quedan pendientes para resolver en este momento del año, tales como adónde ir, cuánto gastar en pasajes, elegir el hospedaje, se suman otros a quienes tienen mascotas en sus hogares. Es que aún hoy muy pocos hoteles y sitios de alojamiento ofrecen opciones pet friendly.
De esta manera dejarlos en casa se presenta como la primera opción disponible si algún amigo o familiar se ofrece a cuidarlo, siempre y cuando se respeten las rutinas y actividades habituales de la mascota.
Cómo se comporta una mascota ante la ausencia de sus dueños
La reacción variará según cuán acostumbrados estén a permanecer sin compañía durante períodos variables de tiempo. Generalmente, si ante la ausencia de sus propietarios tienen un buen comportamiento, no deberían presentarse cambios mientras se conserven rutinas de paseos, juegos y alimentación, en un ambiente enriquecido para que pueda explorar y divertirse.
Sin embargo algunos modifican su conducta cuando pasan algunos días sin sus dueños y lo manifiestan a través de un aumento de la actividad que los lleva a hacer destrozos e incluso ensuciar dentro de la vivienda, falta de apetito, conductas compulsivas como lamido repetitivo, ladridos, aullidos y gemidos en exceso.
La etóloga clínica Silvia Vai explicó que es necesario diferenciar a los perros de los gatos en cuanto a sus comportamientos. “Las canes pertenecen a una especie social y no están preparados para permanecer muchas horas del día solos, mientras que los felinos son territoriales y establecen un lazo afectivo con su espacio propio, en reemplazo del apego al grupo de las especies sociales. Por eso no es recomendable sacarlos de casa y lo mejor es que alguien vaya a verlos a su hogar”, aseguró la especialista.
¿Auto o avión?
La otra elección que hay que contemplar es qué medio de transporte será el indicado para llevar a la mascota si se decide viajar con ella: no es lo mismo un perro -depende la raza y el tamaño- un gato o un hurón si se decide viajar en avión, o en auto durante varias horas.
Si se decide por avión resulta fundamental la presentación de documentación que avale el estado clínico de la mascota. Tener al día las vacunas como la antirrábica y estar desparasitados son algunos de los requisitos. Un veterinario matriculado tendrá que detallar en un certificado oficial. Esto es casi por igual en todas la aerolíneas que ofrecen el servicio.
El tamaño también suele ser conclusivo a la hora de decidir viajar con mascotas, ya que no deben sobrepasar entre los 7 y 9 kilos con contenedor incluido, eso variará según las normativas particulares de cada compañía.
Qué hacer cuando nadie los puede cuidar
Una alternativa son los pensionados y resorts caninos, espacios dedicados al cuidado de las mascotas durante la ausencia de sus dueños. Existen aquellos en los que se hospeda únicamente a gatos o perros y también existen los mixtos, todo depende del carácter de cada animal en particular y de cómo reaccionan ante la presencia de otros ajenos a su especie.
Cómo preparar a los animales antes de llevarlos a un lugar desconocido
Para decidir la mejor opción para el compañero de cuatro patas hay que considerar previamente si se trata de perro o gato, si hay más de un animal en casa, la edad y el estado de su salud física y emocional.
Respecto del gato, si las vacaciones serán cortas, es preferible dejarlo en casa al cuidado de alguien confiable y con quien se muestre amigable, porque sacarlo de su territorio hará que necesite varios días para adaptarse a su nuevo lugar.
“Es recomendable hablar previamente con su médico veterinario de cabecera para que esté al tanto del viaje y quien lo tenga a su cuidado pueda recurrir en caso de necesidad. Si la ausencia es por varios días la opción de un pensionado de buenas referencias puede evaluarse”, explicó la etóloga Vai.
Con los perros es importante elegir el lugar perfecto para ellos pensando en sus necesidades y no tanto por lo que impresiona a la vista. Es positivo que puedan hacer “vida de perro”: explorar, correr, jugar, y relacionarse, si es amigable, con otros, también es fundamental que cuente con un lugar para refugiarse y descansar si lo desea.
La etóloga clínica Vai agregó: “una vez elegido el pensionado para el perro, es importante llevarlo de visita varias veces para que conozca el espacio físico y a las personas con quienes convivirá los próximos días. De lo contrario el cambio de ambiente y de grupo puede generar miedos y ansiedad“.