Oriundo de la localidad de Julio Andrade en el Carchi y con 19 años, Joffre Imbaquingo es una de las figuras de la Vuelta a Ecuador. A su corta edad, el atleta ilusiona con su potencial y resultados y ha tenido la guía de Richard Carapaz, leyenda del ciclismo nacional.
Desde la primera etapa del certamen ciclístico, Imbaquingo se puso el jersey blanco, otorgado al mejor juvenil del evento. A partir de aquel momento, el carchense no ha soltado tal distinción y ha sido uno de los habituales en las premiaciones.
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En función de lo que ya ha logrado, su siguiente objetivo es ir aún más allá y pelear en los puestos estelares de la tabla general. Para ello se tiene confianza y cree que puede ir de menos a más, pues asegura que aún no se encuentra en su mejor versión.
Imbaquingo es consciente de su talento y potencial y, a largo plazo, la meta es llegar a consolidarse en un equipo de la élite de Europa. Para ello, este sigue el ejemplo de sus referentes, sobre todo, de uno al que no solo lo tiene en esa posición, sino con el que ha podido trabar amistad y entrenar.
Joffre Imbaquingo y su relación con Richard Carapaz
Su provincia los une y la ilusión de un chico que lo veía por la televisión se hizo realidad. La primera vez que lo vio, Carapaz ya corría internacionalmente y aquello se remonta a cuando este corría el Giro de Italia, en el cual se coronó campeón en 2019.
“Fue cuando entrenaba, hacía la rutina normal. Lo topaba y nos pegábamos a rueda para ver hasta donde se aguantaba. Tras días, aún nos topábamos y luego comenzábamos a salir en la ‘grupeta’ que tenemos allá en el Carchi. Ahí se fue armando una buena amistad”, señala.
Para Imbaquingo, Richard Carapaz le ha sabido guiar, le ha dado su confianza y sabe lo duro que ha sido su trabajo. Asimismo, este señala que lo que le resta con respecto a tal relación es dejarse guiar por él y seguir sus pasos y de los demás referentes del ciclismo del país.
Una experiencia europea y un futuro prometedor
Para su entrenador, el exciclista José Ragonessi -histórico de tal deporte en Ecuador- el apoyo de Richard Carapaz y Jefferson Cepeda, con quien coincidió en una pasantía en España, ha sido fundamental. De acuerdo al técnico, su ciclista promete y cuenta con madurez a pesar de su edad, pero debe cumplir un proceso.
Imbaquingo tiene como meta el estar a la par de Carapaz, Cepeda o Jonathan Narváez. Para el carchense, ese ya sería un punto alto, sin embargo, no es todo. “Es bastante difícil, pero todo lo que uno se proponga es con trabajo. Richard es bastante fuerte, es de los mejores del mundo, lo ha demostrado con las cosas que ha venido haciendo, así que ya conseguirles los pasos sería algo bonito (…) pero uno nunca pierde con soñar e intentar las cosas en tu punto máximo”, agregó.
En su paso por Europa, Imbaquingo estuvo en el Caja Rural de España por tres meses. De allí, este se lleva aprendizajes y la experiencia de vivir un ciclismo con mayor acogida y aspectos más profesionales.
Pese a tal vivencia, el juvenil espera volver a su punto máximo debido a que enfermó en su regreso. Antes de la Vuelta al Ecuador, tras un periodo de descanso, cuenta que solo pudo entrenar 15 días, sin embargo, se ha destacado y emociona con un nivel ‘menor’.