Poco a poco el colombiano Luis Fernando Montoya comienza a sentir de nuevo su cuerpo, que no le responde desde que en diciembre de 2004 recibió dos disparos que frustraron la carrera de uno de los directores técnicos más destacados de América Latina.
Sentado en un amplio sillón de su casa del municipio de Caldas (noroeste de Colombia) , ‘El Profe’ asegura que siente también más cerca su objetivo de pisar otra vez un terreno de juego.
” Mantengo la fe en que puedo volver a caminar y a dirigir, que es mi mayor anhelo ” , explicó Montoya, que estos días está disfrutando del Mundial Sub-20 que organiza Colombia, en una entrevista con la AFP este jueves.
La agresión, que sacudió al mundo del fútbol, tuvo lugar apenas medio año después de que Montoya obrara el ‘milagro’ de guiar al modesto Once Caldas hasta su primera Copa Libertadores de América.
Delincuentes siguieron a su esposa para robarle dinero que había retirado de un banco y en la casa balearon al técnico. Los proyectiles lesionaron su médula espinal y el diagnóstico fue una cuadriplejia de por vida, aunque el técnico confía en las señales que le envía su cuerpo.
” Hace tres años tenía un ventilador mecánico y un marcapasos diafragmático para respirar. Hoy no los necesito ” , comentó con buen tono de voz. ” Ya siento sensibilidad en algunas partes aisladas. Es un buen síntoma ” .
” Mi terapeuta no me dice hasta dónde puedo llegar pero sí que puedo avanzar mucho más ” , señaló Montoya, distinguido en 2004 como técnico del año en Suramérica.
Su esposa, Adriana Herrera, y un grupo de profesionales se ocupan de los cuidados diarios del técnico, que se ha convertido en un ejemplo de superación personal en Colombia.
Montoya no ha querido desvincularse de su gran pasión. Asesora al Once Caldas y dicta clases sobre fútbol en dos universidades, además de publicar una columna en un diario nacional.
También aconseja a técnicos y futbolistas que le visitan en su casa de Caldas, frente a una espléndida vista de los cerros andinos que rodean Medellín.
Uno de los huéspedes fue su colega argentino Carlos Bianchi, a quien derrotó en la final de la Libertadores cuando ‘El Virrey’ conducía a Boca Juniors.
” Me pidió disculpas por no salir a recibir las medallas tras la final ” , recuerda.
Ambos técnicos estuvieron cerca de enfrentarse de nuevo en los siguientes meses. A sus 43 años, el prometedor Montoya empezó a recibir ofertas importantes, la más firme del Racing de Avellaneda, tras la Copa Intercontinental de 2004 en la que el Once Caldas sólo pudo ser superado por el Oporto en penales.
La fiebre del fútbol sigue acompañándolo y no se pierde partido que aparezca en su televisor. De la pasada Copa América destaca a Venezuela y Perú, cree que Brasil y Argentina debieron ofrecer mucho más y que hubo equipos que ” aprovecharon el torneo como preparación para las eliminatorias del Mundial ” .
En cambio, muestra su orgullo por la Copa del Mundo Sub-20 que culminará el sábado con la gran final de Bogotá entre Brasil y Portugal.
” Estoy muy satisfecho del torneo. Sólo faltó que Colombia estuviera entre las cuatro mejores -fue eliminada en cuartos de final- pero el comportamiento del público y la participación han sido muy buenas ” , se felicita.
A ‘El Profe’ ya se le hace tarde para llegar a tiempo a uno de los actos públicos en los que participa en Medellín, como ícono del Instituto Colombiano del Deporte para la sensibilización desde la práctica deportiva.
También es considerado un ejemplo de motivación por la capacidad de recuperación de alguien que, en sus palabras, pasó ” de la felicidad a la tristeza en un segundo ” .
Desde entonces avanza hacia su sueño de regresar a las canchas con una lógica irrebatible. ” Mi esposa y mi hijo me ayudan a salir adelante, y también pensar que todos los días van a ser mejores para mí. Que cada día me traerá algo mejor ” .