Agonía y éxtasis para Brasil

Fabricio bensch / afp


No fue el comienzo soñado para Brasil. Las esperanzas de golear y asombrar se fueron diluyendo desde el comienzo, todo gracias a una brava y decidida Croacia, que se llevó una derrota cruel y hasta exegarada del Itaquerao de Sao Paulo.
El 3-1 a favor del dueño de casa refleja, en cifras, una victoria que puede ser concluyente y definitiva. Sin embargo, en el campo de juego fueron muchos los problemas por los cuales debió pasar el equipo de Luiz Felipe Scolari para llevarse la victoria.
Un viento de sorpresa recorrió el mundo entero, cuando el autogol de Marcelo adelantó a los europeos.
Era el minuto 12 y ambos equipos todavía estaban en estudio. Pero, la acción fortuita que derivó en el gol en propia puerta de Brasil surgió por el atrevimiento croata.
A Brasil le costó entender a su rival. Pero apenas pudo hacerlo, golpeó con la autoridad que proviene del talento de Neymar. El ‘crack’ del Barça selló el empate en un instante clave, justo cuando se llegaba a la media hora de juego.
Aliviado, pero con la sombra rojiblanca haciéndose sentir cada que podía, Brasil logró desarrollar mejor sus intenciones, sin llegar a una exhibición pletórica de fútbol.
En un instante de confusión, el pito japonés Yuichi Nishimura sancionó un penal a favor de Brasil que, de haber sucedido en el área contraria, capaz no tenía el mismo tratamiento.
Otra vez, Neymar, aspirante al trono máximo de este Mundial, apareció y decretó el 2-1. Corría el minuto 71’.
El partido no fue correr y cantar para Brasil. Aún estando en ventaja, padeció. Es que Croacia tuvo espíritu rebelde, tanto que Kovac llegó a la meta de Júlio César y anotó, aunque el pito japonés anuló el gol, supuestamente por jugada ilegal.
Oscar, al 90’, cerró la victoria que devolvió la fe a los brasileños, fe que parecía perdida tras un inicio vacilante.
Gracias a una ayuda arbitral inestimable, Brasil, el ungido, puso las cosas en orden con este triunfo.