El movimiento indÃgena
Le tengo mucho respeto al pueblo indÃgena, su cultura, tradiciones, su estilo de vida. Lo que trato de hacerles entender es que el movimiento indÃgena (o sea sus aspiraciones como pueblos) está mal dirigido. En primer lugar, se han dejado llevar por corrientes ideológicas, polÃticas y ambiciones personales. Eso ha hecho que sus marchas, sus reclamos tengan tinte polÃtico, que ha llegado a ser considerados actos de sabotaje, sujetos a ser condenados y sancionados. No han logrado mantener coherencia en sus posiciones y han caÃdo en la trampa de ser usados por sus propios dirigentes y por corrientes ideológicas.
El movimiento indÃgena puro es aquel que lucha por un Ecuador, más integracionista, lucha por el bienestar general de sus diferentes nacionalidades y pueblos. Por hacer oÃr su voz ante la falta de atención a tanto abandono. La tesis que ahora debaten es de aparecer como el más combatiente para ser considerado como representante para llegar a ser miembro de la Asamblea Nacional. No, el movimiento indÃgena debe tener su proyecto de desarrollo y luchar porque el estado se preocupe de darles salud, educación, (bilingüe) mejoramiento agrÃcola. VÃas que permita sacar sus productos agrÃcolas, semilla mejorada, maquinaria agrÃcola a bajos costos y los servicios básicos como luz, agua, teléfono. (Ahora con los paneles solares pueden contar con energÃa, internet, agua caliente) Porque son años de abandono y de muy poca preocupación de nuestras necesidades. Lograr erradicar la desnutrición infantil que está muy alta, justamente por la falta de atención, en una buena alimentación, de cuidados sanitarios. Poniendo tecnologÃa en los cultivos, riego en todo nuestro suelo agrÃcola.
Cuantos Prefectos, Alcaldes, AsambleÃstas ha tenido el movimiento indÃgena y dÃgame si alguno hizo algo que valga la pena resaltar. Como la mayorÃa de las asambleÃstas, solo están por un salario, coimas y acomodar a sus parientes. La lucha entonces es por su bienestar y mientras tantos los siguen utilizando (o amenazándoles con quitarles el servicio del agua, por ejemplo) como movimiento indÃgena, reclamando obras que pudieron hacer y nunca las hicieron.
Se tendrÃan que seguir los pasos de Dolores Cacuango Esa es la lucha que quisiera que buscaran. Pero están equivocados en sus luchas polÃticas. No solo alcanzando el poder se puede lograr conseguir grandes aspiraciones. Solo que el objetivo lo desvÃan para sacar provecho de sus justos reclamos.
Que desde lo más profundo de la selva hasta lo más alto de la serranÃa salga ese espÃritu guerrero que logre unir las fuerzas para, en un solo sentimiento, conseguir mejores dÃas para su gente. Eso espero y sueño algún dÃa se haga realidad.
Lionel EfraÃn Romero Reyes
Cuando la pérdida de año se convierte en triunfo
Como padre, enfrentar la noticia de que tu hijo ha perdido el año escolar puede ser una experiencia desgarradora. Sin embargo, es importante recordar que esta no es una sentencia de fracaso, sino una oportunidad para crecer y fortalecerse.
Evita caer en el error de culpar o castigar a tu hijo. La pérdida de año no es un reflejo de su valÃa, sino un desafÃo que pueden superar juntos. Conviértete en su mayor aliado, brindándole apoyo incondicional.
Trabaja de la mano con tu hijo para identificar las razones que llevaron a esta situación. ¿Fueron dificultades académicas? ¿Falta de motivación? ¿Problemas personales? Juntos, diseñen un plan de acción que les permita abordar estas áreas de oportunidad.
No te enfoques únicamente en las calificaciones. Recuerda que el verdadero propósito de la educación es el aprendizaje y el desarrollo de habilidades. Motiva a tu hijo a aprender por el deseo de crecer, no por el miedo a repetir.
Mantén una actitud positiva y transmÃtesela a tu hijo. Enfócate en sus fortalezas y talentos, y ayúdalo a ver esta experiencia como una oportunidad para forjar su carácter y alcanzar nuevas metas.
No cometas los mismos errores que provocaron la perdida de años de tu hijo, cambia de actitud y trabaja en equipo con los docentes y autoridades para diseñar un plan de apoyo, como recuperación, nivelación, etc., que permita a tu hijo recuperarse académicamente. Recuerda que no están solos en este proceso.
La pérdida de año puede ser una experiencia difÃcil, pero también una oportunidad para forjar la resiliencia y el carácter de tu hijo. Con tu apoyo, determinación y una actitud positiva, pueden transformar este desafÃo en un trampolÃn hacia el éxito.
Roberto Camana-Fiallos