Respirando Bienestar

Un espacio para hablar del bienestar que genera la práctica del ejercicio y la alimentación saludable en nuestro día a día. Aquí no hay espacio para solo el atún y la lechuga.

Paola Gavilanes. Blog Respirando Bienestar

Paola Gavilanes

Licenciada en Comunicación Social por la U. Central del Ecuador. Colabora con Grupo EL COMERCIO desde el 2007. Trabajó en la sección Deportes, Tendencias y Construir. Ahora escribe sobre BIENESTAR. Deportista aficionada y amante de la comida hecha en casa.

¡El dolor es inevitable, pero el sufrimiento opcional! Un reto inspirado en Murakami

La Maratón de Miami se correrá en febrero del siguiente año. Es una de las pruebas más queridas. Cada año acuden más de 25 000 atletas de todo el mundo. Foto referencial: Pexels

Hace poco llegó a mis manos el libro 'De qué hablo cuando hablo de correr', del japonés Haruki Murakami. ¡Inspirador! Por diferentes motivos -okey, por pura pereza- me había apartado del asfalto y de las montañas, y la verdad no tenía pensado volver; no este año.  

Para correr es necesario levantarse a las 05:00. Yo hasta la semana pasada abría los ojos luego de las 07:00. ¿Hay algo más delicioso que dormir? ¡Nada! 

Me gusta correr. Lo hago desde hace ocho años. He participado en muchas carreras. Siempre presumo de mi segundo lugar en una 5K y del primer lugar -a nivel empresarial- en la 15K Últimas Noticias, la carrera más linda del Ecuador.  
También he corrido en la montaña; hasta 27 kilómetros. ¡Qué sacadera de madre!

En todas esas carreras recuerdo -en la mitad del camino- haberme cuestionado por infligirme semejante dolor. Al final de todas esas pruebas recuerdo también haber dicho: ¿qué aventura sigue? 

En el calendario -antes de la pandemia- seguía una maratón. De hecho, en mi perfil de Instagram escribí, para que no se me olvide: "Sueño con una maratón".

Después de salir de esos 27 kilómetros con la rodilla derecha inflamada a quién se le ocurre proponerse una carrera de 42.195 metros. Pues a mí y estoy segura que a muchos de ustedes. Son cosas de corredores. Y cuando escribo algo tengo que cumplirlo, sea lo que sea, pase lo que pase. Cuando me quiero hacer la desentendida, las estrellas se alinean para recordarme que tengo pendientes por cumplir. Esta vez el recordatorio llegó disfrazado de libro

Murakami empezó a correr a los 33 años. En el 2007, cuando publicó el texto, ya sumaba cerca de 50 maratones. Yo ya me acerco a los 50 años y no tengo ni una sola (risas). ¡Estoy exagerando con mi edad!  

La cifra me dejó atónita, pero me asombró más su constancia. Desde que se calzó las zapatillas se propuso correr 60 kilómetros a la semana. El lunes 10, el martes 8, el miércoles 12 y así hasta cumplir con el objetivo. Hasta ese momento dije: qué divertido se lee eso, y continué con la lectura hasta que llegué a esta parte: "Llevas una vida de novelista, así que puedes trabajar en tu casa y cuando te apetece, y día tras día, no tienes que ir al trabajo zarandeado en medio de un tren abarrotado de gente, y no has de asistir a aburridas reuniones. ¿No te parece que tienes mucha suerte? ¿No crees que, comparado con eso, correr una horita por el vecindario no es nada? Es verdad. Si ni siquiera hago eso, me caerá un castigo del cielo".

¡Auch! Yo no tengo una vida de novelista (mi vida es una novela, que es otra cosa), pero teletrabajo. Así que como no quiero que me caiga ningún otro castigo decidí desempolvar mis zapatillas y salir a correr. Empecé la semana pasada con mi denominado Reto de Murakami. Todo iba bien hasta que después de los 8 kilómetros -la distancia que había planificado antes de salir de casa- las piernas me dijeron: "¿Te cansaste? Nosotras estamos enteritas".  

El mensaje: Querida estás lista para la tan anhelada maratón. Cuando digo que estoy lista me refiero a que me siento preparada mentalmente y espiritualmente. Para que la parte física esté en su punto necesito entrenar y entrenar duro. La semana que viene arrancaremos oficialmente con las prácticas.

¿El objetivo? Cruzar la meta. Ese en realidad es el propósito de todos los corredores aficionados que se inscriben en una carrera de 42.195 metros por primera vez. En una segunda oportunidad buscamos mejorar tiempos. Yo intentaré hacerlo en menos de 4 horas y 30 minutos. 

Para que la aventura sea divertida recitaré el mantra que el autor cita en el texto y que le pertecene a otro corredor: "¡El dolor es inevitable, pero el sufrimiento opcional!".

Disfrutaré de cada entrenamiento y de cada kilómetro en la Maratón de Miami.

¿Quién me acompañará? Todavía estamos a tiempo de prepararnos como manda el manual del buen corredor. 
Los leo en pgavilanes@elcomercio.com