¡Qué añito este 2021! Estoy segurísima de que muchos de ustedes coincidirán conmigo; este año ha sido una verdadera montaña rusa: días llenos de colores divertidos y alegres, y otros, un poco grises.
Independiente de los tonos que dominen este diciembre todavía nos queda suficiente tiempo para cerrarlo decentemente; elevando al máximo los niveles de dopamina.
¿Cómo? Retomando esas cosas que nos hacen vibrar y que por la vorágine del día a día las hemos dejamos de lado.
Ahora mismo me los imagino correteando en el centro comercial en busca del regalo ideal para sus seres queridos a costa de sus clases de yoga y pilates, es decir, mermando su salud mental. ¡No lo amerita!
Ustedes saben que yo amo correr. Así que luego de recuperarme de una lesión que me dejó 15 días fuera de las pistas intento -desde el pasado lunes- sumar kilómetros a diario. ¿Se acuerdan del esguince? Se me complicó y terminé en una camilla recibiendo masajes y pequeñas descargas eléctricas para recuperar a mi tobillo.
Correr me hace inmensamente feliz; me olvido de los problemas, aunque sea por un momento. Entiendo que no podemos tapar el sol con un dedo, pero al menos renuevo mis energías. Así que ya imaginarán cómo estaba esas dos semanas. Como soy bien fatalista pensé que mi carrera deportiva se acababa (risas).
Por suerte tengo a las mejores fisioterapistas y sigo ilusionada con la maratón de la que tanto les he hablado. Pero más allá del deporte podemos intentar salvar el año acercándonos a esas personas que nos alegran la vida y que por algún motivo nos hemos alejado. Estar cerca de esa gente también eleva nuestros niveles de dopamina.
¡Confirmadísimo! En mi caso, los amigos. Extraño a uno en particular; me hacen falta sus memes y stickers -agrios, por cierto-, y los vinos. Pero también extraño a mi mejor amiga de la universidad; no la he visto en más de un año.
El domingo me acordé ella. Le mandé un mensaje y ya fijamos una fecha para ponernos al día. “Tenemos que chismear”, me respondió luego de leerme. Y sí, tenemos que ponernos al día.
Terminar ciertas relaciones también contribuirá a ese cierre decente de este 2021 y mucho más si se trata de situaciones tóxicas: con amigos, novio, novia, familiares… En algunos casos, sobre todo en los que hubo muchas risas y cariño dolerá, de aquello estoy segura. Pero nuestra salud mental nos lo agradecerá. Recuerden que todo nos deja una lección, así que evitemos arrepentirnos, torturarnos. Además, resulta imposible regresar el tiempo. Quedémonos con esas cosas lindas que nos hicieron reír, suspirar y perdernos por un momento, y continuemos.
Todavía nos queda tiempo también para empoderarnos y mostrarnos tal y cual somos; para dejar de lado las apariencias. Hace unos días me escribió Dani, una persona que se redescubrió durante la pandemia. Espero de verdad que te armes de valor para que puedas mostrarte como quieres y seas completamente feliz. Deja que el mundo diga lo que quiera de ti.
Recibamos el año nuevo con las mejores vibras. Estoy completamente segura de que el 2022 será nuestro año.
Aprovecho el último blog de este año para agradecerles por acompañarme durante este 2021. Gracias de verdad por su feedback. ¡Felices fiestas queridos amig@s!