Nadie se preocupó de los hospitales
La corrupción carcome a los hospitales estatales. Sí. Se trata de un escenario repugnante, pero no es de ahora. Investigaciones periodísticas así lo han plasmado por años. Poderosas redes están enquistadas allí y nadie ha hecho nada.
Hoy, agentes de la Fiscalía y de la Policía han incursionado en ocho casas asistenciales del Seguro Social y en 13 del Ministerio de Salud. Está bien que se desmantele a las bandas. Pero ¿por qué no lo hicieron antes?
Este Gobierno lleva tres años en el poder. ¿Los aparatos de Inteligencia no lanzaron alertas de lo que sucede? ¿Qué ha hecho la Fiscalía? No es suficiente que hoy se diga que esa entidad no es preventiva, sino reactiva.
¿Esperaron a que una pandemia golpee a un sistema sanitario ya debilitado? Los usuarios deben comprar insumos y medicamentos para ser atendidos. Pero la autoridad decía que la situación estaba bien. Todos se conformaron con esa versión oficial.
Una investigación penal que aún está en marcha muestra, por ejemplo, que una presunta banda actuaba desde el 2015 en el hospital Teodoro Maldonado Carbo del IESS.
Resulta que hay serias evidencias recopiladas por los agentes que dejan al descubierto cómo nueve procesados se “inventaban” estados de emergencia para adjudicar contratos de forma directa. Así evadían los filtros estipulados en contratación pública.
Las primeras pesquisas apuntan a un perjuicio de USD 15 millones para el Estado.
En una reciente megaoperación, en cambio, se capturó a 17 personas y se ejecutaron 48 allanamientos. Todo apunta a un complejo y bien estructurado grupo que aparentemente manejaba a su conveniencia los contratos.
Los seguimientos, vigilancia, fotografías, grabaciones de audio y video dejaron ver que operaban en el Abel Gilbert Pontón, en los hospitales de Los Ceibos, de Durán, en el Teodoro Maldonado Carbo, en el de la Policía, en Milagro, en el Eugenio Espejo y otros.
Las autoridades dicen no estar seguros de que con esto se haya eliminado a las mafias. Entonces, no paren. No teman. Depuren todo.