Estimados: Hay circunstancias en que es razonable confrontarnos, cada quien en su orilla de la quebrada que nos separa. Pero también las hay en que lo sensato, en nuestra común humanidad, es ver qué pudiera unirnos y permitir que trabajemos juntos. Estamos en momentos de este segundo tipo, así que les ofrezco algunas reflexiones en busca de diálogo entre ustedes los socialistas y nosotros los liberales.
Comprendo que muchos de ustedes se preocupan sinceramente, como muchos de nosotros, por la pobreza, la marginación, la carencia de oportunidades, el abuso del poder. Lo que no comprendo, y les pido que por favor me ayuden a entender, es por qué muchos de ustedes se aferran a negar que los experimentos socialistas nunca …, palabra de gran peso, con frecuencia mal utilizada, pero en este caso válida, … nunca han producido otra cosa que destrucción de la capacidad productiva, escasez, hiperinflación, ineficiencia y eventual colapso económico.
Comprendo que muchos de ustedes aborrecen, como muchos de nosotros, el abuso del poder y la corrupción a la que conduce. Lo que no comprendo, y les pido que por favor me ayuden a entender, es por qué muchos de ustedes insisten en concentrar el poder en el Estado, haciendo tal vez no inevitables, porque puede haber gente honesta, pero sí mucho más probables ese abuso y esa corrupción.
Comprendo que muchos de ustedes consideran, y en esto no coincidimos, que todos debemos vivir vidas austeras y sacrificadas, sin confort ni placeres. Lo que no comprendo, y les pido que por favor me ayuden a entender, es por qué la mayoría de ustedes que llegan al poder terminan con grandes fortunas y vidas cómodas y agradables, que nosotros los liberales creemos que es legítimo querer tener, pero que en el caso de funcionarios públicos socialistas son solo posibles por el abuso del poder y la corrupción.
A diferencia de muchos de mis amigos liberales, no pienso que si eres socialista eres, por definición, mala persona. Pero sí creo que todos, ustedes incluidos, debemos tratar de ser coherentes e intelectualmente honestos.
Sincerémonos. También hay abuso de poder, codicia y corrupción en sociedades liberales. Lo acepto, y seguiré luchando contra esos defectos. Pero la lucha será mucho más efectiva si la hacemos con ustedes, libres de los mitos falsos a los que se siguen aferrando.
Acéptenlo: los sistemas socialistas concentran el poder en pequeños grupos, matan la libertad política económica, y condenan a sus pueblos al abuso, la corrupción y la pobreza.
Y admitan también que no es malo querer vivir bien. Vengan, y colaboremos para que todos podamos, trabajando en una economía libre y abierta. Así no tendremos que llamar ladrones y sinvergüenzas a aquellos de ustedes que logren, honestamente, el bienestar económico al que aspiran, como todos.