Sí. Ahora que ganaron las elecciones, cumplan con las promesas. En temas de orden público, los candidatos ofrecieron ciudades más seguras, vecinos que vivan sin miedo a ser asaltados y barrios con más espacios para que los jóvenes se distraigan y se alejen de la droga.
Las nuevas autoridades locales deben saber que en el país están identificados seis tipos de robos que se cometen con frecuencia. En esa lista aparecen los asaltos a casas, a personas, a locales comerciales, robo de accesorios, de vehículos y de motocicletas.
En 2018, los atracos a domicilios aumentaron en Cañar, Morona, Sucumbíos y Zamora.
Las cifras sobre ataques a personas son más crudas. El año pasado hubo un repunte en Azuay, Bolívar, Cañar, Chimborazo, El Oro, Imbabura, Morona, Napo, Pichincha, Santo Domingo y Zamora Chinchipe.
Hay más datos. El informe Latinobarómetro – 2018 sitúa a Ecuador en el tercer lugar de los países latinoamericanos en donde la población tiene más miedo a ser víctima de un asalto o robo. El documento advierte que ese miedo lo siente el 90% de encuestados.
El Reporte Economía y Desarrollo (RED 2014) de la CAF señala que la seguridad es un “factor determinante” para el bienestar de la gente y que es necesario tener una visión integral para prevenir el delito.
En esa línea hay que trabajar y apurar en la planificación, diseño y ejecución de tareas.
Es imperante que la autoridad local y el Gobierno central trabajen coordinadamente.
Solo así se podrá reducir delitos como el homicidio, que el año pasado aumentó en 13 provincias. A escala nacional se reportaron 982 hechos violentos. En el 2017 sumaron 972.
El 47% de esas muertes se perpetró con pistolas, revólveres o similares. En el 35,34% se usaron cuchillos y en el resto otro tipo de arma.
El país ha visto estupefacto muertes como la de Diana, que fue atacada frente a policías.
A Carolina la violaron y la asesinaron en Quito. Esta es la realidad de la seguridad en Ecuador. Durante la campaña ofrecieron dar tranquilidad a los ciudadanos. Háganlo.