Poco a poco los precios de los combustibles que se expenden en el país se acercan a los precios internacionales, pero no así su calidad.
Ecuador tiene uno de los peores combustibles de la región, lo que daña los motores, afecta el medioambiente y la salud de las personas. La calidad de combustibles se mide según las normas Euro, que establecen el control de emisiones de CO2 y regulan los límites de emisiones contaminantes. Europa se rigen a la Euro 6. En la región, Chile es el pionero y pretende adoptar la sexta versión de esa normativa entre 2022 y 2024.
Ecuador tiene un retraso importante en esta materia. Las gasolinas que se expenden en el país son tipo Euro 2, lo que significa un retraso de 20 años, según ha alertado la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (Aeade). El caso del diésel es aún más crítico, ya que es tipo Euro 1.
La política para mejorar la calidad de los derivados incluso tuvo retrocesos. La norma INEN dispone que la gasolina extra debe tener 87 octanos, pero el Ministerio de Productividad permitió en el 2018 a Petroecuador que venda estos derivados con hasta dos octanos menos hasta el 1 de diciembre próximo.
Las autoridades buscan ahora elevar la calidad de los combustibles. Con Decreto 1158 emitido en julio pasado, el Gobierno le dio al INEC un plazo de 120 días para adoptar las exigencias de la normativa Euro 5.
Además, normó la libre importación de derivados para que las empresas privadas ofrezcan a los consumidores derivados de mejor calidad en el país. Aunque es un paso positivo, nada se conseguirá cambiar si no se hace la misma exigencia a la estatal Petroecuador, empresa responsable del 56% de derivados que consumen los ecuatorianos.
El Gobierno anunció que licitará la reconversión de la refinería Esmeraldas para que produzca derivados bajo Euro 5. Mientras eso avanza, que no se pretenda seguir bajando los estándares mínimos que ahora se deben cumplir, como ya ocurrió en el pasado.