Las imágenes de Sara y Sofía, los ojos castaños, la sonrisa cálida, la figura frágil, se proyectaron en la plataforma de Interpol junto a 59 niñas, niños y adolescentes de Ecuador desaparecidos con ‘notificación amarilla’. Este abril, esa alerta rescató más allá de las fronteras a las dos hermanas, un caso que despertó empatía ciudadana, pero desnudó el odio de quienes pasan por alto al Estado: “¿por qué dan prioridad a unas extranjeras?”.
Las niñas, niños y adolescentes son el eslabón más débil de una sociedad violenta, sin equidad, polarizada; tierra fértil para mafias, entre la impunidad; con pandemia, desempleo, pérdidas…. Hay que leer la Constitución. El Estado promoverá “de forma prioritaria el desarrollo integral de las niñas, niños y adolescentes… Se atenderá al principio de su interés superior y sus derechos prevalecerán sobre los de las demás personas”.
¿Odio? Xenofobia. Por fortuna, la lucidez viene de los más pequeños. Ocho de cada 10 niñas, niños y adolescentes exigen un proceso ágil para que niños migrantes vivan legalmente en Ecuador sin recibir tratos discriminatorios, especialmente si no están acompañados.
¿Niñas, niños y adolescentes? Sí. Hasta el 11 de abril del 2021, el mismo día que el país eligió presidente, 23 424 menores votaron por sus derechos en Ecuador y los resultados del #GuaguasAVotar han sido entregados en carta pública al mandatario electo Guillermo Lasso.
9 de cada 10 niños exhortan de Ecuador a que el nuevo gobierno garantice el acceso a internet seguro y de calidad para educarse y que entregue dispositivos móviles a menores de los sectores más vulnerables. También que se garanticen vacunas del cuadro básico y se prevenga la desnutrición crónica infantil.
8 de cada 10 exigen que se permita a las niñas y adolescentes, víctimas de violación, decidir si continuar o no con un embarazo. Y exhortan que se garantice el acceso libre, seguro y gratuito a métodos anticonceptivos.
¿Educación? ¿Salud? Antes de la crisis sanitaria, un 26% de familias con hijos ya tenía dificultades para hacer frente a los gastos de comida en el hogar. 77 500 niños y adolescentes tenían la necesidad de trabajar; un 14% de hogares con privaciones había dejado de enviar a sus hijos a la escuela. Esos datos se recogen en la agenda nacional ‘Nuestras voces, nuestras propuestas, nuestra situación”, que durante la última campaña electoral se extendió a los candidatos con un mensaje directo: #NoNosDejenEnVisto.
¿Derechos? Educación, salud, movilidad humana. Constitución: “Nadie podrá ser discriminado por lugar de nacimiento”. Es obligación del Estado prestar “especial protección a las personas en condición de doble vulnerabilidad”. Léase: niños migrantes, Sofía y Sara. O hijos de padres migrantes: 6 901 bebés de madres venezolanas nacieron en Ecuador entre 2015 y el 31 de octubre del 2020, el 51,9% de ellos en Quito; son ecuatorianos, todos.
La desaparición es solo un signo de cómo el Estado ‘garantiza’ derechos. Señores, no violentar a los niños es urgente y no dejarlos en visto, inexcusable.