El inversionista extranjero sí encuentra oportunidades en Ecuador, sobre todo en los proyectos energéticos. Sin embargo, la inseguridad jurídica es uno de los aspectos más relevantes que pesan a la hora de tomar la decisión de colocar esos nuevos capitales en el país.
Pero eso no es todo. Hay otros ‘detalles’ que influyen en el proceso de negociación y que también desilusionan a los inversionistas; entre ellos, los excesivos tiempos que se toma el Ejecutivo para reglamentar las reformas legales, la preparación técnica de quienes participan en esos procesos, la falta de poder de decisión en los mandos medios y hasta el uso inadecuado del idioma.
El Gobierno ahora tiene la oportunidad de superar estas trabas para el inversionista y atraer nuevos capitales, con la ejecución de tres proyectos de energías renovables (El Aromo y Villonaco II y III). Los interesados en esas obras deberán presentar sus ofertas económicas hasta mayo y la adjudicación se espera concretar en este primer semestre.
Si todo sale bien y esos obstáculos no frenan el interés del inversionista, el país podría acceder a USD 400 millones. Y sin duda se trata de una inversión importante, en un sector que tiene más protagonismo en el proceso de transición energética, el cuidado ambiental y la generación de empleo.
La Agencia Internacional de Energías Renovables informó que este segmento productivo podría generar hasta 40 millones de empleos en las próximas tres décadas. Además, la masificación de las energías renovables es un compromiso asumido por una buena parte de los países de América Latina y el Caribe, en la reciente reunión de la COP 25, en Madrid.
La potencialidad que tiene la región en el desarrollo de estas nuevas fuentes de energía es una de las mayores posibilidades para captar inversión extranjera. Tanto bancos de inversión como organismos multilaterales miran con interés el desarrollo de estos proyectos en el mundo y quieren colocar allí sus recursos.
Ecuador tiene la opción de acceder a fondos. No hay que perder el tiempo en ‘detalles’.