A las 00:00 del lunes, los venezolanos sin visa humanitaria durmieron en el lado colombiano de Rumichaca. Foto: Álvaro Pineda para EL COMERCIO
Luis Felipe Miranda es venezolano y presentó ayer una cédula de ciudadanía del Perú a las autoridades de migración de Ecuador, en el Puente Internacional de Rumichaca. Él estaba seguro de que lo dejarían pasar. Sin embargo, le dijeron que no podía hacerlo, porque desde las 00:00 del pasado lunes se exige la visa humanitaria, y quien no la tenga simplemente no puede pasar.
En el lugar, la Policía de Ecuador revisa los documentos a quienes cruzan el puente hacia el lado ecuatoriano. Incluso, autos y buses eran requisados, para evitar que se incumpliera la medida del Decreto 826. Dos parejas que deseaban ir hacia Tulcán fueron impedidas de hacerlo.
El Decreto, a pesar de haber sido anunciado la semana pasada, tomó por sorpresa a muchos venezolanos que arribaban al puesto migratorio. A las 13:24 de ayer, un grupo de ellos se apostó en el lado colombiano del puente. Pedían que los dejaran pasar parea poder ir a Perú, a Chile o a Argentina.
El plantón bloqueó el paso del carril que va de Ecuador a Colombia. Entre quienes impedían el paso había niños, mujeres y adultos mayores. A las 16:20 llegó el gobernador de Carchi y pasó a Colombia para reunirse con las autoridades de ese país. Hasta el cierre de esta edición no se conocían los resultados del encuentro.
Tres estatus migratorios
A la medianoche del lunes, cuando se aplicó la medida, a pocos metros de distancia del punto limítrofe de Rumichaca, ayer, había ciudadanos venezolanos que pasaban suertes diferentes: por una parte, los que acceden a la amnistía migratoria; los que pueden tramitar una visa de paso de hasta 180 días y, finalmente, los que podrán portar la visa humanitaria.
En los primeros minutos del lunes, en el lado ecuatoriano quedaba el último grupo de inmigrantes que esperaba reanudar su viaje al interior o al sur del país, tras lograr cruzar este paso fronterizo antes de la puesta en vigor de la visa humanitaria. Eloy Herrera, su madre y su hermana iban a Quevedo. Ellos creían que podrían optar por la visa humanitaria, pero solo podrán estar en el país hasta 180 días.
Betzabeth Jaramillo, enlace para temas de la frontera norte del embajador venezolano en Ecuador, René de Solá, considera que sus compatriotas que entraron en los últimos 30 días deberían ser acogidos en el proceso de visado de excepción por razones humanitarias. El planteamiento está hecho y esperan una respuesta.
En la otra orilla del puente internacional, en cambio, quedaron varados los primeros migrantes de ese país que llegaron con el inicio de la aplicación de la visa. Dariame Bracho, con su pequeño hijo en brazos, esperaba tener alguna noticia. Comenta que no tiene dinero para regresar a su país.
Edin Moreno, gobernador del Carchi, reiteró que en adelante los venezolanos que deseen ingresar deben tramitar sus visas en los consulados ecuatorianos de Caracas, Lima y Bogotá. Este fin de semana entraron 13 000 venezolanos por varios puntos de la frontera norte. Al menos 70 000 habrían entrado desde el 15 de julio hasta ayer.
El canciller, José Valencia, dijo ayer que en el país hay
entre 350 000 y 360 000 ciudadanos venezolanos. Ratificó que Naciones Unidas proyecta 500 000 ciudadanos hasta diciembre de este año.
Ayer llegó a Huaquillas (El Oro) un bus con ciudadanos venezolanos, directamente desde Rumichaca. Foto: Mario Faustos para EL COMERCIO
En Huaquillas
Con una ligera llovizna se iniciaron las actividades la mañana de ayer en el Centro Binacional de Atención Fronteriza (Cebaf) en Huaquillas, provincia de El Oro. El inicio de la exigencia de una visa humanitaria tomó espacio entre los diálogos de los ciudadanos venezolanos que ahí permanecen varados, al no poder ingresar legalmente a Perú.
Hasta el mediodía de ayer no se registró en ese punto fronterizo ningún caso en el que se haya negado el ingreso a Ecuador a ciudadanos venezolanos sin el visado humanitario o cualquiera de los otros establecidos por la Ley de Movilidad Humana, como el de turismo.
Dos horas antes, arribaron 120 personas a bordo de tres buses que habían partido desde Rumichaca la noche del domingo 25 de agosto.
Varios de los foráneos contaron que su objetivo final era llegar a Perú o a otras naciones, como Argentina o Chile. No obstante, la falta de una visa para ingresar al territorio peruano les impidió el paso.
Vistiendo un abrigo con los colores de la bandera venezolana, Mairy González arribó junto a sus dos niñas de 9 y 8 años. Su ruta terminaría en Callao, donde habita su hermano. Pero las tres no cuentan con visado humanitario peruano, ni pueden acogerse a la reunificación familiar.
La mujer, originaria de Caracas, aceptó que había adelantado su periplo para evitar tramitar la visa ecuatoriana, pero no procesó la petición del visado peruano. Ahora deberá hacerlo en alguno de los consulados del vecino país en Ecuador.