En Manabí, cuartos oscuros y sin equipos funcionan como morgues

Camposanto.    La morgue está  desde hace 30 años en el cementerio de Portoviejo.

Camposanto. La morgue está desde hace 30 años en el cementerio de Portoviejo.

El oscuro cuarto está alumbrado por apenas dos focos. No hay ventanas ni ventilación. El cemento cubre unas partes de las paredes y en otras aparece el ladrillo. Sobre las baldosas desgastadas se construyeron dos mesones de concreto para colocar los cadáveres.

Así funciona la morgue de Portoviejo, la capital manabita. El viejo cuarto opera al interior del cementerio general, sobre la calle Juan Montalvo. Dos tanques oxidados completan el escenario.

Allí se llena agua de grifo que los forenses usan para lavar los cuerpos luego de las autopsias. Las morgues de los 22 cantones de Manabí son casi similares. Los médicos reconocen que no tienen sierra eléctrica para cortar huesos y que hay casos en que incluso usan las que se venden en las ferreterías.

Esto ocurre pese a que el año pasado, Manabí ocupó el segundo puesto entre las provincias con mayor número de homicidios y asesinatos (284) en el país (primero fue Guayas con 739 denuncias). Hasta el 2010, Pichincha ocupaba ese sitial, según datos que constan en un estudio oficial levantado por la Policía Judicial.

“En Manabí lo que existen son cuartos oscuros, en malas condiciones sanitarias”, dice el forense de Portoviejo, Miguel Sacoto.

¿Qué debería tener un servicio como este? Iván Molina, jefe (e) de la Policía Judicial en Manta, detalla los equipos: microscopios, sistemas de digitalización de necropsias, mesas con extractor de aire inferior, elevador de cadáveres, sistemas para compactar desechos, sierra eléctrica, sistema de documentación.

Pero Carlos Ibarra, que está encargado del camposanto, recuerda que en 30 años lo único que se ha renovado en la morgue es la puerta. Ocurrió hace 15 días.

Tampoco hay cuartos fríos. Hay casos más extremos. Por ejemplo, en la parroquia Picoazá de Portoviejo, las autopsias se realizaban sobre las bóvedas levantadas en el cementerio. El agua para lavar los cuerpos se llevaba en baldes. La situación casi no ha variado.

¿Qué efectos tiene en la investigación criminal la falta de equipamiento? La recopilación de evidencias se vuelve lenta, hay riesgos de que no se establezca con exactitud la causa de las muertes, que los informes forenses no sean del todo precisos y que las investigaciones se alarguen.

Fuentes de la Policía reconocen que estas limitaciones pueden terminar en la impunidad, pero también señalan que hay crímenes que no se esclarecen o no se hallan culpables “debido a que los familiares no denuncian” y no hay seguimiento de las investigaciones judiciales.

[[OBJECT]]Aunque no se refirió a casos específicos como el de esta provincia, el relator especial de las Naciones Unidas para las ejecuciones extrajudiciales, Philip Alston, ya habló de impunidad en las investigaciones criminales. En su informe entregado al Consejo de Derechos Humanos en Ginebra señaló: “La tasa de homicidios en Ecuador se ha duplicado en los últimos 20 años. En 1990 era de 10,3 homicidios por cada 100 000 habitantes. En el 2009 la cifra alcanzó los 18,7”.

Luego aseguró: “No obstante, las estimaciones proporcionadas por las autoridades gubernamentales indican que solo el 1,3% de las muertes denunciadas a la Policía Nacional terminaron efectivamente en una sentencia condenatoria. Y es casi seguro que esta tasa está sobreestimada”.

Hasta septiembre pasado, en Manta, Montecristi y Jaramijó, 54 personas fueron asesinadas. Desde el 2003, estos cantones han reportado 640 muertes violentas.

Pero los centros médicos forenses de esos lugares también presentan falencias tanto en sus equipos como en la infraestructura donde trabaja el personal.

Sin embargo, hace un mes la Fiscalía comenzó a construir el primer centro especializado de la provincia que se levanta en Manta a un costo de USD 2 millones. En el país se construyen ocho instalaciones de este tipo.

Mientras este servicio entre en funcionamiento (2013), desde hace cuatro años, en Manta, las autopsias se realizan en la morgue del cementerio Parque de Los Recuerdos. El médico legista Gabriel Díaz trabaja allí. Se trata de un lugar con dos mesones cubiertos con cerámica, ventilación, extractor de olores, dotación de gua, iluminación y cuarto frío.

Antes, los médicos forenses operaban en la morgue del cementerio Marbella. Ahí el cuarto tiene un mesón, iluminación, aunque no hay cuarto frío, tal como ocurre en Portoviejo.
En Manabí hay cinco médicos forenses. Tres están en Manta y dos en Portoviejo. Ellos apoyan el trabajo de 143 fiscales de la provincia. Hay otro grupo de 10 peritos que también colabora.

Los estudios técnicos

En los hospitales Verdi Cevallos (Portoviejo) y Rafael Rodríguez Zambrano (Manta) existen cuartos fríos para conservar cadáveres. “No son morgues, son sitios para preservar cuerpos”, comentó Juan Carlos Rodríguez, director del Verdi Cevallos.

Técnicos del Municipio de Portoviejo realizan estudios sobre la reconstrucción de la morgue. El Cabildo prevé invertir USD 40 000 en las adecuaciones. Será un inmueble con dos mesones, una oficina y cuarto frío con capacidad para 12 cuerpos.