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Mafias se proveen de armas y explosivos de tres países

El 14 de septiembre, un policía realizó la detonación controlada de una granada en Guayaquil. Foto: cortesía Policía

El estruendo ensordeció a los presos del pabellón 5 de la Penitenciaría de Guayaquil. Era las 09:00 del martes 28 de septiembre del 2021, cuando estallaron los explosivos que asesinaron a los miembros de bandas rivales.

Personal de Criminalística llegó al lugar y descubrió que la detonación desmembró decenas de cuerpos. Había cadáveres incinerados y mutilados a causa de la detonación. Otros fallecieron por impactos de armas de fuego. En total murieron 119 internos.

Tras el violento motín, 900 policías incursionaron en esa cárcel y realizaron una requisa de objetos prohibidos. Durante esa incursión encontraron tres pistolas, 435 municiones y tres artefactos explosivos, entre ellos, una granada.

Esta última fue localizada en la terraza de uno de los pabellones. Los demás objetos estaban escondidos en compartimentos secretos en las celdas y también dentro de las paredes. Para decomisarlos, los uniformados tuvieron que romper el concreto con un combo de metal.

Policías han encontrado fusiles y granadas en cárceles de Guayas. Foto: cortesía Policía

Este no fue un hecho aislado. En anteriores operativos, los agentes han descubierto artículos similares. Por ejemplo, el 22 de septiembre pasado, durante un registro en la cárcel de Guayaquil, la Policía se incautó de 12 tacos de dinamita, una granada y tres pistolas. Un mes antes, 200 agentes se desplazaron a las áreas de máxima y mediana seguridad de la Penitenciaria. Allí decomisaron otra granada.

¿Cómo obtienen esos objetos?

Agentes investigadores saben que las mafias trafican armas y explosivos desde Perú, Colombia y México.

Informes de Inteligencia muestran que las bandas delictivas locales tienen colaboradores en Perú para conseguir granadas de uso militar. Con base en casos documentados, se sabe que las bandas captan a uniformados para que les proporcionen ese tipo de artefactos. Luego ingresan esos objetos ocultos en compartimentos de vehículos por pasos clandestinos en la frontera sur.

También hay quienes ingresan al país a pie con granadas ocultas en maletas. Son transportadas con un seguro para evitar que estallen antes de tiempo.

El 21 de julio pasado, uniformados encontraron 119 granadas y ocho morteros al interior de un carro, en el sector de ingreso a La Concordia, en Santo Domingo de los Tsáchilas. Según las pesquisas, el cargamento habría ingresado desde la frontera sur del país. El conductor fue detenido. Ahora es investigado por el presunto delito de tráfico ilícito de armas, municiones y explosivos no autorizados.

Desde 2014 hasta septiembre del este año, la Fiscalía ha abierto 2 477 investigaciones por ese ilícito a escala nacional. En la base de datos de esa entidad consta que 72% de casos aún no recibe una condena; se hallan en otras etapas del proceso penal.

Quien suministre, adquiera, comercialice o trafique armas y explosivos será sancionado con cárcel de tres a cinco años. Así lo establece el artículo 361 del Código Integral Penal.

Informes policiales señalan que las redes delictivas también adquieren dinamita, pentolita, cordón y mechas de quienes se dedican a la minería ilegal. Con esos materiales elaboran otros tipos de explosivos.

Este Diario cruzó datos con agentes que rastrean este delito y conoció que esos artefactos y las armas también son proporcionadas por grupos irregulares de Colombia. Envían embarcaciones por el mar y por los ríos para introducirlos en territorio ecuatoriano. Además, Inteligencia conoce que carteles de droga mexicanos envían también armas en avionetas.

La idea es dotar a las mafias locales de esos recursos, para que puedan atacar a sus rivales y ganar territorios para la venta de narcóticos. Por eso, las granadas y otros explosivos no solo se han encontrado en cárceles sino también en calles e inmuebles, principalmente de Guayas y Esmeraldas.

Según cifras oficiales, desde enero hasta el 19 de septiembre de este año se han realizado 14 explosiones controladas de granadas en la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón).

Por ejemplo, el pasado 14 de septiembre, la Unidad Antiexplosivos acudió a una alerta registrada en el bloque 10 de Bastión Popular, en el noroeste del Puerto Principal. Según testigos, desconocidos dejaron una granada abandonada en la calle. Con traje especial, los policías la destruyeron.

Las indagaciones apuntan que las bandas vinculadas al tráfico de drogas estarían detrás de las últimas masacres en las cárceles del país.