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Las mafias movilizan los celulares robados entre los países de la Región

El 27 de febrero pasado, la Comisaría Cuarta de la Policía descubrió 649 teléfonos celulares nuevos en una bodega clandestina en el centro de Quito. CORTESÍA COMISARÍA CUARTA

El 27 de febrero pasado, la Comisaría Cuarta de la Policía descubrió 649 teléfonos celulares nuevos en una bodega clandestina en el centro de Quito. CORTESÍA COMISARÍA CUARTA

Es un negocio millonario. Mafias transnacionales que operan en la región mueven en promedio USD 550 mil diarios por la venta de celulares robados. Las organizaciones delictivas intercambian los equipos en el mercado ilícito de los países latinoamericanos.

Este Diario tuvo acceso a informes de Inteligencia de la Policía Internacional (Interpol) y allí se revela que las organizaciones trasladan los equipos vía aérea y terrestre a Perú, Colombia, Venezuela, Chile, Ecuador, Brasil, México...

Investigaciones de la Policía Judicial (PJ) ecuatoriana corroboran esos datos. Los dispositivos que se hurtan en Perú y Colombia ingresan al país para su comercio ilegal, señala un agente a EL COMERCIO. Lo mismo ocurre con los celulares que se roban en Ecuador.

Para evitar el contrabando y la sustracción de móviles, la Superintendencia de Telecomunicaciones (Supertel) y las empresas telefónicas registran, desde el 12 de marzo pasado, los equipos que los usuarios ingresan al territorio.

Reportes de la Policía Judicial refieren que el Centro Histórico, la Michelena y La Florida, El Camal, en Quito, son zonas vulnerables a este delito.

En diciembre pasado, los uniformados detectaron los locales donde se almacenaban los teléfonos, se modificaba el número de identidad (IMEI) y se eliminaban los reportes de robo. Luego los vendían a otros costos en locales legales y clandestinos, señalan los informes.

El lunes este Diario visitó cinco establecimientos en el centro de la capital. Los dueños aseguraron que no se activan teléfonos bloqueados. No obstante, agentes mencionan que ese 'trabajo' ahora se hace con mayor cautela e incluso a través de anuncios de Internet y de servicios a domicilio.

Rocío Martínez, comisaria cuarta de la Intendencia de Policía de Pichincha, agrega que para las bandas delictivas es más fácil en Ecuador cambiar el IMEI de los teléfonos con sistema Android. En cambio, los Blackberry y Nokia van a Colombia para modificar la placa.

Frente a este fenómeno, en abril del 2013 los gobiernos de Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia firmaron un convenio para enfrentar este delito.

En el documento denominado 'Decisión 786' se dice que "dado el incremento de robos de los móviles y por la oportunidad de comercializarlos a escala local como en mercados de la región" es necesario intercambiar información para bloquear los celulares reportados como robados en estos países.

Fabián Jaramillo, superintendente de Telecomunicaciones, reveló la semana pasada que en el país se hurtan 1 000 teléfonos diarios. Aunque la cifra bajó si se compara con el 2012 que registró 2 400 denuncias por este delito.

Otra de las estrategias para mitigar la sustracción de celulares se dio en el 2012. En mayo, el Consejo de la Judicatura creó una unidad especializada para combatir la comercialización ilegal de teléfonos móviles y otras mercaderías. En los últimos seis meses, esa unidad decomisó 2 593 celulares en Quito y apenas devolvió 135 (ver infografía). Es decir, solo un 5% de comerciantes justificó la procedencia legal de los equipos.

El resto de dispositivos termina en las bodegas de la PJ ,donde se los convierte en chatarra.

Entre USD 50 Y 70 cuesta el cambio de IMEI Tras recorrer una hora por los locales del Centro Histórico, solo un comerciante accede a cambiar el IMEI de un teléfono. El 'servicio' se hace en dos horas y cuesta USD 70. Aunque los precios pueden ir desde los USD 50, según el modelo y la dificultad del trabajo.

El informe de la Interpol también hace un análisis de la 'economía criminal' de este delito.

Para los agentes, hay cinco grupos en esta cadena delictiva: el asaltante, el técnico que cambia el IMEI, el comerciante que vende el equipo adulterado, el cliente y el sospechoso que ingresa al país sin pagar impuestos por los dispositivos.

"El negocio puede mover entre USD 280 000 y 1, 2 millones diarios (el promedio es de USD 550 000 al día)", advierte Richard Fuentealba, investigador de la Interpol de Chile.

En febrero, la comisaria Martínez decomisó 649 teléfonos en un operativo en una bodega clandestina en el centro de Quito. En el pequeño cuarto, contiguo a un hotel, la agente descubrió celulares nuevos marca LG, Samsung, Nokia, Alcatel, baterías y cargadores.

El Juzgado especializado en este delito investiga si se trata de un probable caso de contrabando, pues no se presentaron documentos ni facturas.

El informe de la Interpol revela que un contrabandista puede ganar entre USD 10 y 80 por equipo que ingrese al país.

Pero Martínez señala que en las operaciones también se ha detectado que los comerciantes "compran facturas". Es decir, pagan una comisión a un mayorista para que se forje un documento falso.

En contexto

Para evitar el contrabando y el robo de celulares, la Superintendencia de Telecomunicaciones y las empresas telefónicas registran, desde el 12 de marzo pasado, los equipos que los usuarios ingresan al país. Mafias delictivas ganan USD 550 mil diarios por la venta de equipos hurtados.

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