En los juzgados de Quero, Pelileo y Baños en Tungurahua no hay aglomeraciones. Hasta estas dependencias llegan esporádicamente uno que otro abogado o alguna madre de familia que busca su pensión alimenticia.
Los secretarios y funcionarios judiciales tienen una explicación. Según ellos, las causas que ahí se ventilan se despachan a tiempo.
La ausencia de usuarios en estas dependencias cantonales es diferente con relación a escenas que se presentan en las cortes de Quito, Guayaquil o Ambato, donde los juzgados no se dan abasto para atender a los juristas y usuarios.
Una abogada que constantemente visita el juzgado de lo Civil de Quero es Ligia Rodríguez. La mayoría de ocasiones que acude a esa dependencia llega al escritorio del secretario o la jueza. No tiene que formar filas o esperar un turno para ser atendida.
Cuando la abogada requiere conversar con la jueza décima de lo Civil, Rocío Laso, ingresa a su despacho. La razón es que no hay más personas que requieran la atención de la funcionaria.
La abogada Rodríguez es atendida de forma diligente. Ella piensa que el juzgado de Quero requiere más personal. “Eso ayudaría a que se despachen con mayor celeridad los causas”.
Laso responde que los procesos judiciales están siempre al día. “No tengo nada pendiente por despachar”. Ella es funcionaria de carrera de la institución.
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Con Paulo Rodríguez, presidente del Consejo de la Judicatura de Transición
En su escritorio tiene una moderna computadora con monitor de pantalla plana. El mismo equipo tienen el secretario y un auxiliar de oficina.
Laso comenta que despacharon más de 300 causas de enero a julio de este año. Los procesos son civiles, laborales, de inquilinato y de la niñez.
La Jueza afirma que requieren dos funcionarios adicionales y una computadora.
En uno de los escritorios de este juzgado labora Verónica Tirado. Ella es egresada de la Facultad de Derecho de la Universidad Técnica de Ambato. Cumple labores de depositaria judicial encargada como parte de una pasantía. No recibe remuneración y utiliza una computadora suya para cumplir con sus labores.
El juzgado de Quero funciona en una construcción de dos plantas de bloque y hormigón. Esta dependencia ocupa el segundo piso. El resto de oficinas está prestado a otras instituciones públicas.
La jueza Laso argumenta además que esa entidad es de gran ayuda para los habitantes de los cantones Quero, Mocha, Cevallos y Tisaleo. “Evita que los usuarios viajen a Ambato”.
La ausencia de juristas y público también es notoria en Baños. El juzgado Quinto de Garantías Penales labora en dos modestos departamentos. Están ubicados en la parte posterior del edificio de la Fiscalía en las calles Pastaza y Luis A. Martínez.
Pese a las limitaciones, la abogada Aracelly Mosquera comenta que en ese juzgado, los trámites son ágiles en comparación con Ambato u otras ciudades.
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Con Gustavo Medina, ex Procurador del Estado.
En otro dormitorio está el despacho de la jueza Ivonne Molina. Todos los funcionarios tienen modernas computadoras. En todos los espacios se instalaron cámaras de vigilancia.
Hay ocasiones en que la abogada Mosquera solicita los documentos de un proceso antiguo. Los funcionarios ingresan a lo que era la cocina. Ahí se improvisó un archivo con dos destartalados estantes metálicos en donde reposan los casos judiciales. Están sujetadas las fojas con piolas.
En la cocina y comedor del departamento adyacente se adecuó la sala de audiencias. Para ese objetivo se tumbó una pared. Este salón aún carece de mobiliario adecuado y equipo de computación. Sin embargo, allí se efectúan hasta tres audiencias por día.
Este juzgado despacha causas de los cantones Patate, Pelileo y Baños. Tiene pendiente el despacho de 500 desestimaciones judiciales que están apiladas.
El secretario de ese juzgado, Omar Gallardo, cuenta que la Fiscalía y el Consejo de la Judicatura llegaron a un acuerdo para que el juzgado ocupe los espacios posteriores de la edificación.
En Pelileo, las oficinas del juzgado de lo Civil son amplias. Los escritorios y equipos adecuados.
Los juristas suelen acudir a estas oficinas en horas de la mañana. En la tarde se dedican a actualizar los trámites pendientes. A pesar de eso tiene un inconveniente.
El juez Germán Paredes se jubiló. Desde el primero de agosto está a cargo del despacho el juez de Baños, Raúl Castro.
El distrito de Tungurahua tiene 162 funcionarios. Se tramitan anualmente en el campo civil 1 200 causas; en los juzgados de la niñez, 1 400; en el área penal 900. En tránsito son 12 000.