El horario no definido de los magistrados en la Corte Nacional de Justicia dificulta la resolución de los casos que llegan a esa Judicatura.
De los 21 jueces que trabajan en esa dependencia, la mitad son de provincias. Muchos de ellos reservan sus salidas para el jueves por la tarde o viernes en la mañana para viajar a sus localidades.
El jueves de la semana pasada, Carmen Ochoa intentaba continuar con el trámite de su nieto, en la Corte. Sin embargo, uno de los secretarios de la Sala de lo Penal le indicó que el juez que debía firmar uno de los documentos no se encontraba, pues ya había salido de viaje, por lo cual debía buscarlo el lunes. Ochoa tuvo que aplazar la entrega de ese documento, por el que retrasó por días la resolución de la causa, y acudió el lunes a las 10:00.
“Muchos de los magistrados viajan a sus provincias, no todos, pero los que lo hacen generalmente se van el jueves”, cuenta una de las ayudantes judiciales de la sala civil, quien pidió la reserva.
El control de asistencias al personal administrativo que trabaja en la Corte se efectúa por medio de un escáner que toma la huella dactilar del dedo índice, pero este no se aplica para los jueces.
A las 07:45 llegan las busetas que transportan a los funcionarios judiciales desde sus domicilios, pero no todos toman recorrido. Hay quienes realizan su ingreso incluso hasta 10 minutos pasadas las 08:00.
Para los magistrados, el horario de ingreso y de salida es más flexible, en realidad ni siquiera se registra. Según Marco Polo García, director nacional de Personal del Consejo de la Judicatura, precisamente por los problemas que esta situación ha generado en el desempeño laboral se está estudiando la manera de controlar la productividad de los jueces.
El funcionario afirma que hay mucho desorden dentro de las asistencias, no solo de la Corte Nacional sino de las otras judicaturas. “En la Corte Nacional hemos visto dificultades en cuanto al manejo de la asistencia, pero el Consejo está buscando nuevas fórmulas que no solamente midan la asistencia o no del juez, sino su producción”.
En el sistema que está desarrollándose -adelanta García- se va a ver cómo se inician los procesos.
Uno de los magistrados, que pidió la reserva, sostiene que así como se deben contabilizar las horas de trabajo hay que tomar en cuenta que en muchas ocasiones ellos cumplen con más de 40 horas semanales de trabajo. “En ocasiones yo me he quedado trabajando desde las 08:00 hasta las 00:00, e incluso fines de semana”.
Por esa misma razón, García asegura que el nuevo sistema va a controlar la asistencia y también la productividad. “Hay casos en los cuales no se cumple el horario correspondiente y eso se debe coordinar con la Corte. “No se trata de que los magistrados timbren tarjeta, sino de que el sistema mida cuándo ingresan a trabajar. No es el control de estancia sino de horas producción”.
Carlos Riofrío, ex magistrado de la Corte, dice que la situación ahora no es diferente. “Antes ya se daba ese defecto. Aunque todos hagan esfuerzos desde sus domicilios, o a través de Internet por despachar con agilidad, no está bien que no cumplan horario”.
Para la cantidad enorme de causas que hay en la Corte Nacional de Justicia -explica Riofrío- y que había desde hace años atrás, el número de magistrados es insuficiente. “Cuando éramos más no avanzábamos, peor ahora. Esa iniciativa de reducir el número de jueces ha llevado a que se acumulen las causas y su incumplimiento es uno de los factores desprestigia a la Función Judicial”.
A la Corte Nacional de Justicia ingresan mensualmente entre 400 y 600 causas en las siete salas que allí funcionan. Al final del 2010 el total de juicios recibidos fue de 17 915. De esta cifra se resolvieron 9 975, es decir un 55%.
Según el plan de trabajo presentado por el Consejo de la Judicatura Transitorio, uno de los seis ejes de ejecución es el talento humano. Dentro de las directrices está el mejoramiento de la calidad, el cumplimiento por méritos y salarios equitativos siempre y cuando haya buen desempeño.
Los administrativos se registran
Las busetas llegan 15 minutos antes de las 08:00 y la calle Piedrahíta empieza a llenarse de funcionarios judiciales. A su ingreso al Palacio de Justicia ingresan su dedo índice en una máquina escáner. Otros utilizan un tarjetero para marcar la hora en que inician su jornada laboral.
Esa es la manera en que se controla la asistencia de secretarios, ayudantes judiciales, conjueces y jueces de primera instancia. Para Marco Polo García, director nacional de Personal, el registro de algunos funcionarios no se cumple como debería.
“En primera instancia y en los niveles locales se registra con las huellas dactilares o con tarjeteros y hemos sacado un listado del control del ingreso de asistencias en donde vemos que muchos de ellos no timbran a la hora que es”.
García afirma que en este tiempo en esas instituciones ha existido un marco de tolerancia que no debería haber. “Son entre 10 y 15 minutos que a veces se toman para llegar tarde y esas son las cosas que no deben haber más.
El funcionario dice que con el plan del Consejo de la Judicatura se tomarán nuevas medidas. Una de ellas es poner sanciones y multas a quienes incumplan con las normas que se especificarán en el nuevo código de trabajo.
Pero dentro de ese marco el Consejo de la Judicatura también considerará dar incentivos a quienes trabajen con calidad.