El costo de mantener a una persona en prisión varía entre los USD 124 y USD 250 mensuales, según determinó un estudio del Centro de Etnografía Interdisciplinaria, Kaleidos y la Universidad de las Américas.
Este monto representa entre el 31 y el 62% de un salario básico unificado.
Este dinero es destinado para satisfacer necesidades de alimentación, comprar artículos de aseo y lograr alguna comunicación y vínculo de los detenidos con sus seres queridos en el exterior de los centros de privación de libertad.
El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores del Ecuador, SNAI, tiene un presupuesto diario de USD 2,5 para las tres comidas de cada una de las personas privadas de la libertad.
En el estudio de Kaleidos – UDLA se determinó que los detenidos nunca, pocas veces y a veces reciben una alimentación suficiente.
Ante esto, se creó la figura del “Economato”, que es un almacén al que acuden las personas privadas de la libertad para abastecerse, en horarios y tiempos determinados por un reglamento del SNAI.
Según el artículo 54 del reglamento del SNAI, el economato es “el servicio encargado de la provisión y venta de artículos y bienes de consumo para las personas privadas de la libertad, adicional a los que provee el centro de privación de libertad”.
Para evitar que los detenidos manejen dinero y se cree el acaparamiento y la especulación, los familiares abren una cuenta a nombre del detenido y le depositan dinero. En la cárcel, la persona privada de la libertad acude y retira los productos que necesita, los que son descontados de la cuenta que la familia abrió a su nombre.
Según el reglamento, el servicio de economato lo brinda una persona particular o alguna empresa privada a quien se le adjudica un contrato. Según datos del SNAI, hasta el año 2020, una sola empresa estaba encargada del servicio del economato a nivel nacional y existía solo en 26 centros.
Ante esto, a mediados del 2020 se lanzó una convocatoria nacional subdividida en regiones y actualmente existen 11 empresas prestan el servicio.
El economato vende alimentos pre elaborados y que no necesitan ser cocinados, además de frutas y verduras. Pero muchas veces, su oferta no satisface la demanda, la que es sustentada por tiendas que funcionan al interior de las cárceles.
Ahí se puede conseguir una de las cosas más preciadas al interior de la cárcel, comunicación con el exterior, a través de recargas a teléfonos, los que son usados por los detenidos para mantener vínculos con sus familias, pedir alimentos, medicinas, artículos de aseo o gestionar algún trámite de su causa.
A pesar de que está prohibido, muchos detenidos manejan celulares, con los que transmitieron en vivo la masacre del pasado fin de semana, a través de redes sociales.