El decreto de expulsión del estado clerical, en contra de un sacerdote investigado por abuso sexual y tortura en Guayaquil, se conoció este 23 de julio del 2018. Foto: Pixabay
Luis Fernando I., sacerdote investigado por denuncias de tortura y abuso sexual contra al menos diez jóvenes, fue expulsado de la Iglesia católica. La Arquidiócesis de Guayaquil informó este lunes 23 de julio del 2018 que esa fue la resolución tomada por el Tribunal de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Las denuncias contra el expárroco de una congregación del norte de Guayaquil se hicieron públicas en mayo pasado. Al menos diez jóvenes relataron que fueron víctimas de la ‘dinámica del pecado’ cuando eran adolescentes.
Sus testimonios coincidían: eran atados, desnudados, golpeados, algunos incluso electrocutados por el clérigo. El objetivo, según les habría dicho, era enseñarles a vencer al mundo y sus pecados.
En el 2013 la Fiscalía receptó las primeras denuncias contra el cura, pero prescribieron. En este año los casos fueron reabiertos. Mañana fue citado uno de los jóvenes para rendir su versión en Quito.
La Iglesia, por su parte, emprendió un juicio canónico. El proceso también comenzó en el 2013.
El decreto de expulsión del estado clerical y de dispensa de las obligaciones sacerdotales llegó a Guayaquil el pasado 12 de julio. Fue emitido a inicios de junio, tras rechazar la segunda apelación de Luis Fernando I.
“Queda deslindado de toda actividad; por consiguiente, no puede ejercer ningún oficio eclesiástico, celebrar sacramentos ni en público ni en privado, como tampoco impartir la enseñanza teológica en los institutos de la Iglesia católica”, cita el comunicado de la Arquidiócesis y resalta que “la decisión es inapelable”.
Monseñor Luis Gerardo Cabrera se reunió con parte de las víctimas para notificarles la resolución. Según el comunicado, la Iglesia mantendrá un acompañamiento psicológico y espiritual.
En este año otros dos casos de violencia sexual remecieron a la Iglesia católica. A inicios de mayo Pedro Vicente García fue sentenciado a 20 años de prisión por el delito de violación a una menor de 10 años de edad. El caso ocurrió en Guayaquil, en una parroquia del centro.
Mientras que en Cuenca, César C. es acusado de abuso sexual y violación a niños de las escuelas que regentaba hace más de 50 años. El Vaticano y la Fiscalía de Azuay investigan las denuncias en su contra.