20 años de prisión para sacerdote acusado de violación

La tarde del 17 de mayo, un grupo de ciudadanos acudió a los exteriores de una iglesia católica del norte de Guayaquil para rechazar los casos de abuso sexual que involucran a sacerdotes. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

La tarde del 17 de mayo, un grupo de ciudadanos acudió a los exteriores de una iglesia católica del norte de Guayaquil para rechazar los casos de abuso sexual que involucran a sacerdotes. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

La tarde del 17 de mayo, un grupo de ciudadanos acudió a los exteriores de una iglesia católica del norte de Guayaquil para rechazar los casos de abuso sexual que involucran a sacerdotes. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

El sacerdote Pedro G. fue sentenciado a 20 años de pena privativa de libertad. El Tribunal lo declaró culpable de violación contra una menor, según informó la Fiscalía del Guayas este viernes, 18 de mayo del 2018.

El sentenciado fue párroco en una iglesia del centro-sur de Guayaquil, a la que llegó en el 2011. Un año después comenzó el acoso y el abuso sexual contra varias menores que acudían a la iglesia. Parte de sus víctimas eran integrantes de un coro que él ordenó crear.

El 11 de mayo se realizó la última audiencia en el caso denunciado por la madre de una menor, que actualmente tiene 16 años. La niña solo tenía solo 11 cuando fue violada por el expárroco, que tras la denuncia huyó. En el 2017 fue detenido en Quito.

“Nosotras siempre estábamos en el altar; éramos monaguillos y nos daba clases (…). Él siempre inventaba cosas, que estaba enfermo, que necesitaba que lo ayuden en la casa. Así convenció a mi mamá para que vaya a la casa parroquial. Mientras ella le preparaba la comida abusaba de nosotras”, recordó el día de la audiencia una de las hermanas de la pequeña que fue víctima de violación.

En el 2012 una de las víctimas presentó la primera queja ante la Arquidiócesis de Guayaquil. En el 2013 la iglesia recopiló seis testimonios de jóvenes, quienes relataron cómo fueron manipuladas por el sacerdote.

“A mi hija le decía que él era un hombre de Dios y que le daba un amor santo, que Dios bendecía esa relación”, contó el padre de otra joven. Ellos intentaron presentar la denuncia ante la Fiscalía; sin embargo, el proceso no avanzó porque la víctima era mayor de edad y no hubo violencia.

Tras la audiencia de la semana anterior, Santiago Sánchez, abogado de la madre de la menor, cuestionó la falta de colaboración de la Iglesia en el caso. “Los denunciantes pusieron la queja en la Curia, pero solaparon al sacerdote (…). Hubo más víctimas que pusieron sus denuncias ante la Iglesia. Pero cuando la Fiscalía pidió copias certificadas de esas denuncias, ellos se escudaron en el código canónico”, dijo.

Manifestación contra abusos a menores

La tarde del 17 de mayo, un grupo de ciudadanos acudió a los exteriores de una iglesia católica del norte de Guayaquil para rechazar los casos de abuso sexual que involucran a sacerdotes.

Al plantón asistieron los familiares de algunas de las víctimas de Luis Fernando I., quien dirigió la parroquia donde se realizó la protesta. Él es señalado por al menos una docena de jóvenes, quienes aseguran que fueron torturados durante la llamada ‘dinámica del pecado’.

Los denunciantes relataron que durante su adolescencia fueron atados, vendados, golpeados y electrocutados por el sacerdote. La Iglesia mantiene un juicio canónico para definir su dimisión, que por ahora está en fase de apelación.

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