Las cabinas para denunciar el acoso sexual están instaladas en las estaciones de transferencia de Quitumbe, El Recreo, La Marín, La Y, y Río Coca. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Dos menores de edad, una de 11 años y otra de 5, tuvieron experiencias negativas en el transporte público. La primera, K. G., fue obligada por Omar Ch. a tocarle sus partes íntimas mientras viajaban en un trolebús, en diciembre del 2014. A la más pequeña, Ángel H. le mostró sus genitales. Las circunstancias fueron parecidas. La última niña se movilizaba también en este medio de transporte, en marzo del 2015.
Los dos casos fueron sentenciados ya por la justicia ecuatoriana. En estos documentos se expone cómo ocurrieron los hechos. Este 2 de octubre, que se conmemora el Día Internacional de la No Violencia, se presentan unos extractos de estas situaciones que se vivieron en un espacio público.
La niña, de 11 años, viajaba en trole para dirigirse hacia El Recreo, en el sur. Iba cerca de una de las puertas. Un hombre, que viajaba a lado de ella le tomó la mano e hizo que tocará sus genitales. La niña asustada, llorando y temblando, pidió ayuda al conductor.
El sospechoso Omar Ch. fue detenido. Dentro de su mochila se halló un cuaderno con dibujos que parecían obscenos. Luego de la investigación y proceso judicial se determinó que se produjo abuso sexual. La pena fue de seis años y ocho meses de prisión y USD 750 de multa.
A la niña de 5 años, quien viajaba con su madre Katherine C., Ángel H. les mostró sus genitales. Ellos estaban dentro de una unidad del trolebús cuando se produjo este suceso. En este caso, el involucrado fue detenido por un policía nacional y después asumió su responsabilidad.
En este caso, la justicia estableció 31 días de prisión y USD 700 para reparar los daños causados. En ambos casos, las niñas se quedaron asustadas. Debieron tomar terapias psicológicas.
Para erradicar este tipo de prácticas este 2 de octubre, un grupo de voluntarios dio a conocer en las estaciones del Trolebús el servicio de las cabinas “Cuéntame”. En estos lugares, los usuarios del transporte pueden denunciar el acoso sexual que sufren mientras viajan.
Este servicio se brinda desde diciembre del 2014. Hasta fines de septiembre había 432 casos expuestos.
Las cabinas están instaladas en las estaciones de transferencia de Quitumbe, El Recreo, La Marín, La Y, y Río Coca. Ahí trabajan profesionales, de lunes a domingo de 06:30 a 21:30, para dar apoyo psicológico y orientación legal, en el caso de que las afectadas quieran poner una denuncia. El servicio es gratuito.
Algunas mujeres que usan transporte público y aún no conocen este servicio toman sus medidas de prevención: evitan subirse a unidades que estén muy llenas, se arriman hacia las puertas, se acomodan en la zona destinada para personas con discapacidad o viajan solo si hay asientos disponibles.
Daniela Chacón, vicealcaldesa de Quito, promueve esta iniciativa de las cabinas “Cuéntame”. Mencionó que estas prácticas sirven como medida de seguridad, pero no pone fin a este tipo de problemática social. “Las mujeres debemos tener la libertad de viajar tranquilas”.
Por esto instó a las personas que sufren este tipo de violencia a denunciar estos hechos.