De sal, de dulce, con cacao, higos, ají de maní… En las huecas de Quito hay platillos para todos los gustos y paladares. Nueve de ellas son las denominadas patrimoniales que, además, cuentan con el Distintivo Q a la Calidad Turística.
El Sistema de Catastro de Establecimientos Turísticos de la ciudad registra 3 471 negocios de alimentos y bebidas de un total de 5 380. La certificación la tienen 301.
Parada con receta de 100 años
La Exquisita de la 10 tiene en su plato estrella al caldo de pata, una receta de cuatro generaciones que tiene no menos de un siglo. Isabel Camino es la fundadora. Ella explica que el legado familiar arrancó con su abuelita, Isabel Jacho, y su madre, María Atti. La familia es originaria de San Blas, en el centro de Quito. Si bien Isabel estudió Terapia del Lenguaje y Tecnología Médica, volvió a sus orígenes para seguir con la tradición. Sus antecesoras ya contaban con un local. Ella abrió otro, primero en el barrio que la vio crecer. Luego se fue hacia la avenida 10 de Agosto, lugar que se añadió al nombre original.
Hace unos siete meses volvió a San Blas, donde trabajan tres personas y atienden de lunes a domingo, de 08:00 a 19:00. Su esposo, Iván Guadalupe, arquitecto de profesión, ha sido un apoyo. Él tiene una cafetería–heladería en la calle Guayaquil. En tanto, dos de los cuatro hijos de Isabel son chefs.
Un toque dulce con historia
En 2006, En-Dulce surgió como un emprendimiento en casa, mientras Franklin Utreras estudiaba Gastronomía. Era conocedor del cacao ecuatoriano y se lanzó a elaborar chocolates, con la ayuda de su esposa e hijos. El negocio creció y se asoció con un familiar. Desde el 2013 está ubicado en las calles Olmedo y Guayaquil. El 99% de lo que ofrecen se elabora con productos locales, principalmente artesanales y agroecológicos.
Franklin aprendió de pequeño el arte de la panadería de la mano de su padre, Ángel. Nelly, su madre, en cambio, fue una excelente cocinera. A esa herencia familiar se sumaron elementos propios de Quito como el ponche y el pan Chullita Quiteño (con higos y queso).
Uno de los consentidos es el Angelito, hecho de salvado de trigo, con nueces y pasas maceradas en aguardiente de caña procedente de la parroquia Pacto. Además, tienen colada morada todo el año.
En-Dulce abre de lunes a viernes, de 07:30 a 18:00, y sábados, de 08:00 a 16:00. Están también en el Museo del Alabado (Cuenca, entre Bolívar y Rocafuerte) de miércoles a domingo, de 09:30 a 16:45.
El plato fuerte no puede faltar
Todos los Secos El Vecino es una parada para degustar platillos con sabor quiteño. Hugo Uchupanta es el propietario del negocio, que surgió hace 20 años con su esposa Marisol Vallejo y sus cuatro hijos.
La sazón familiar se ofertaba primero en la acera de la avenida De la Prensa y Luis Tufiño, en el norte de Quito, con una carpa azul, una cocina, una parrilla y seis mesas. Taxistas y vecinos del sector están entre los principales comensales. Para recibirlos cuentan con un local en la misma dirección donde empezó el emprendimiento. Secos de pollo, guatita, asados de carne, pollo y chuleta, constan en el menú. El plato estrella es el seco de chivo. Abren de domingo a domingo, de 12:30 a 03:00.
Entre otras huecas tradicionales recomendadas tenemos a Secos del Veci, el restaurante David (Olmedo y García Moreno), la Casa del Librillo (El Inca y Los Guabos), Palacio de la Fritada (Salinas), Encebollados del Triángulo (Serapio Japerabi y El Canelo), Corvinas de Don Jimmy (Núñez de Vela) y Hornados de San Carlos (Vaca de Castro).
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