La Unidad de Bienestar Animal del Municipio de Quito había detectado previamente una situación de maltrato hacia cuatro animales de pastoreo.
Entregaron tres actas de advertencia en cuanto a la infracción de pastorear sus animales en zonas urbanas en condiciones que podrían derivar en maltrato animal.
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Tras constatar el incumplimiento, la Agencia Metropolitana de Control, la Unidad de Bienestar Animal, Agrocalidad y el Cuerpo de Agentes Metropolitanos rescataron a los animales que tenían sogas atadas a sus cuellos.
Se trataba de cuatro chivas que eran explotadas para producción de leche en el Centro Histórico.
Estaban en poder de una ciudadana que comercializaba leche no pasteurizada de estos animales en espacio público.
¿Qué pasaba con las chivitas?
Esta acción se realizó con base en el artículo 3622 del Código Municipal, que habla sobre la obligatoriedad de rescatar a aquellos animales destinados a consumo, como es el caso de las cabras, y que se encuentren transitando en el espacio público.
Los animales estaban en condiciones contrarias a las cinco libertades de bienestar animal en relación con sus necesidades biológicas, fisiológicas y etológicas.
Las libertades animales son:
- Libre de hambre y sed: acceso a agua fresca y una dieta que mantenga su salud.
- Libre de incomodidades: un entorno adecuado que incluya refugio y un área cómoda para descansar.
- Libre de dolor, lesiones y enfermedades: prevención y tratamiento adecuado
- Libre de miedo y angustia: condiciones que eviten el sufrimiento mental
- Libre para expresar su comportamiento natural: espacio suficiente, instalaciones adecuadas y la compañía de otros animales de su especie.
La Unidad de Bienestar Animal ejerce una labor que implica el retiro de los animales de su situación de riesgo, trasladarlos con cuidado y ubicarlos en un entorno seguro para ellos.
Una vez reubicados, se les realizarán pruebas para constatar si tienen alguna enfermedad como brucelosis o tuberculosis por parte de Agrocalidad.
Su trabajo también consiste en velar por su bienestar y protección en todo momento.
La leche no pasteurizada
La leche cruda o no pasteurizada es un alimento de riesgo que contiene gérmenes nocivos para la salud de las personas.
Puede contener gran cantidad de bacterias como salmonella, coli y estafilococo.
Consumir este tipo de leche cruda puede ocasionar enfermedades crónicas y mortales en las personas.