Una misa al aire libre acompaña las visitas de los deudos de las personas sepultadas en el cementerio de La Magdalena, en el sur de Quito, este 2 de noviembre del 2021.
36 personas de la directiva del establecimiento se distribuyen en comisiones para verificar que se cumplan las medidas de bioseguridad. Cada uno cuenta con un chaleco distintivo. Y hay apoyo de la Policía.
Ellos delimitaron el lugar con cintas amarillas de “peligro” y aunque cuentan con una capilla, donde destaca la imagen de la Virgen de El Carmen, prefirieron realizar la ceremonia fuera de esta, justamente, dice Washington Ávila, parte del comité del cementerio, por seguridad.
El lugar acoge a no menos de 5 000 difuntos. Ávila da cuenta de la gran afluencia de visitantes durante todo el feriado por los Fieles Difuntos. Sin embargo, no se han dado aglomeraciones.
En los alrededores del cementerio y en el ingreso está desplegado personal municipal. En la entrada, dos miembros de Secretaría de Salud se encargan de la desinfección de quienes forman una columna para ingresar. A lo largo de la calle Gualleturo se encuentran puestos de comidas típicas, flores y recuerdos.
Están también los locales tradicionales, como El Sabor de mi Tierra, con 20 años de trayectoria, apenas a unos metros del ingreso al cementerio. Yolanda Cóndor, propietaria del establecimiento, recuerda que en el 2020 no se permitió el ingreso al cementerio y ella no abrió el negocio.
Este año aún guarda la esperanza de que las ventas mejoren en el transcurso del día y este miércoles. Si bien la afluencia de personas es considerable, las ventas no han sido las previstas.
Antes de la pandemia preparaba al menos 20 litros de colada morada al día. Este año, no pasan de cinco. Adicionalmente, vende papas con cuero y tortillas. Desde las 08:00 hasta las 11:00, apenas ha vendido dos platillos.
En San Diego, uno de los cementerios emblemáticos de Quito, se escucha: “Ponte bien la mascarilla”. Es el llamado de una madre a una menor.
El pedido se replica por parte de Agentes Metropolitanos de Control, asignados al sector. La mayoría de personas cumplen con el uso del implemento de seguridad. Sin embargo, no falta una que otra persona que pasa por alto la medida de bioseguridad.
Con la apertura de los cementerios para este Día de Difuntos también volvieron las tradiciones, como las serenatas. La familia Soldado retoma esta práctica para recordar a su madre, quien falleció hace seis años. Lo propio para su padre.
Jorge Soldado, hijo de los fallecidos, no contiene las lágrimas al recordar a sus seres queridos. El dolor no se va. Sin embargo, queda la satisfacción de poder tener un gesto con ellos, como lo hacían en vida, comparte el hombre.
Él, su hermana y otros familiares optaron por los servicios de los cuatro integrantes del Mariachi Veracruz, quienes están en el cementerio desde las 08:00.
Edwing Briceño, parte de la agrupación, detalla que incluso para ellos cambió la dinámica por la pandemia. Antes esperaban la llamada para acudir a la serenatas.
Este año, tuvieron que acudir al sitio y ofrecer el servicio. La jornada se extenderá hasta que haya concurrencia, al igual que para quienes ofrecen frascos de vidrio para colocar las flores y aquellos que pintan las lápidas.
Estos últimos recorren el lugar con una mochila a la espalda y varias herramientas en las manos, a la espera de ser contratados. El precio varía según el pedido, ya sea aclarar las letras o la pintura total.