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Conducción imprudente, la mayor queja de pasajeros

En el sector de Dos Puentes (sur), los buses van por los dos carriles cuando solo deben ir por la de la derecha. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Las hay de todo tipo: a puño limpio, con tubos, con palos y hasta con machetes, y tienen algo en común: son protagonizadas por conductores de buses. Basta con poner en Google las palabras pelea-choferes-Quito y se despliegan más de 60 000 resultados.

Las agresiones entre conductores son una de las faltas que los usuarios de buses denuncian tanto en redes sociales como en el aplicativo MovilizateUIO, que permite a las personas alertar sobre las faltas que se cometen en las vías.

Según esa ‘app’, la principal queja de los usuarios es la conducción imprudente por parte del chofer, lo que incluye carreras entre unidades, maniobras indebidas y agresiones verbales o físicas (ver gráfico).

Los dos últimos acontecimientos que se hicieron virales en redes sociales en octubre pasado están en proceso de sanción: la pelea con machete en mano de dos choferes, y el bus que aceleró e hizo que una usuaria se cayera de la unidad.

La Secretaría de Movilidad informó que, en el momento, ambos casos se encuentran en fase de investigación y levantamiento de información. La entidad inició las sanciones administrativas para la apertura de un expediente sancionatorio y dio a las operadoras un plazo de 10 días para presentar las pruebas de descargo.

Con ellas, la Secretaría tiene 30 días para resolver la infracción y sancionar. Dependiendo de la falta, puede ir desde el pago de cuatro salarios básicos (USD 1 600), hasta la revocatoria del contrato de operación.

Marcelo Narváez, funcionario de la Secretaría de Movilidad, indicó que las denuncias se reciben por dos vías. La primera es a través de una fiscalización directa por parte de los agentes en los buses, que comprueban principalmente el cumplimiento de horarios, frecuencias y rutas. Además, se revisa el aforo. Este año se abrieron más de 3 000 informes por incumplimiento de aforo.

La segunda es a través del aplicativo que puede descargarse de manera gratuita al celular. Narváez hizo un llamado para que los usuarios alertaran sobre las faltas que identifican, ya que actualmente los 15 fiscalizadores que controlan las unidades no se dan abasto.

Hasta el momento, se han abierto 64 procesos sancionatorios y 30 expedientes que están siendo analizados.

Alfredo Viteri, experto en movilidad, considera que la principal razón para que haya conducción imprudente y mal­trato al pasajero tiene que ver con el modelo de gestión que la gran mayoría de buses tiene. Cada cooperativa recibe la ganancia dependiendo del número de pasajeros que levante. Sentencia que mientras no cambie ese sistema, las infracciones no terminarán.

Narváez coincide y asegura que estos problemas se eliminarán cuando todas las empresas cumplan los parámetros de calidad que se exigen para poder subir el coso del pasaje de 25 a 35 centavos.

Hasta el momento solo ocho empresas, de las 67 registradas, han completado los requisitos y actualizaron el costo del pasaje. Es decir, 386 buses convencionales, 250 del transporte municipal y 300 alimentadores, los 3 020 que operan.

Jorge Yánez, presidente de la Unión de Operadoras del Transporte Urbano de Quito, dice por ejemplo, que en el caso de Translatinos, cuando una unidad comete una falta hay un proceso interno para corregir el problema.

Lo primero que hacen al recibir la queja es ponerla en conocimiento del personal de talento humano. Se contacta al denunciante y se habla con el conductor, quien debe dar una explicación. De comprobarse la falta, hay una sanción interna que puede ir desde la inhabilitación por 15 días, hasta la separación de la empresa.

Hace dos meses, uno de los conductores debió ser suspendido definitivamente debido a un problema con un tráiler. Se comprobó que el hombre reclamó de manera sumamente agresiva a una persona que manejaba un tráiler, en lugar de seguir el procedimiento respectivo, por lo que fue cancelado de la empresa. Esta compañía tiene una línea abierta para que la gente pueda llamar a hacer consultas o quejas y, adicionalmente, los conductores reciben capacitaciones una vez al mes.

Yánez añade un elemento más para que ya no hayan competencias en las calles: una reingeniería de rutas y frecuencias. En el momento, hay decenas de cooperativas que cubren la misma ruta, y pelean por los pasajeros, principalmente en vías como la Maldonado y la Vencedores de Pichincha. Insiste en que debe ser un proyecto que tenga estudios que lo respalden, que sea técnico y que brinde seguridad jurídica y financiera.

Narváez advierte que se está trabajando en el Concurso de rutas y frecuencias, pero que no se han concretado por la inestabilidad política que enfrentó la ciudad meses atrás.