Articulados del Corredor Central Norte, cinco años sin revisión técnica

Parada Seminario Mayor. Mal estado de andenes del Corredor Central Norte. La comunidad se queja. Foto: Carlos Noriega / EL COMERCIO

En el andén para tomar uno de los buses articulados del Corredor Central Norte, en la estación La Ofelia, hay una fila de al menos 90 personas. No hay mayor distanciamiento y, cuando la unidad abre las puertas, empieza una lucha entre los usuarios por entrar. 

Es viernes 4 de marzo y a las 07:43, en el ingreso al articulado 2733, impera la ley del más fuerte. Cuando el conductor permite el ingreso, en la puerta se forma un cuello de botella y todos se empujan con el objetivo de entrar. 

Una señora dice: “Ay, Dios mío, cómo empujan”. Agarra fuerte su cartera y deja que el tumulto la lleve hasta el interior del bus. Atrás de ella está otra mujer que teme no alcanzar a ingresar. Alza la voz y grita: “Entren por favor”. 

El embarque dura máximo un minuto. Al ser hora pico, las unidades salen con más frecuencia. Aun así, después de cada partida la gente vuelve a aglomerarse en el ingreso a la espera de otro bus. 

Marina Ruales cuenta que todas las mañanas el escenario es el mismo. “Aquí gana el más fuerte. La gente se empuja. Es mejor llegar con tiempo para esperar al menos unas dos unidades”.  

El articulado arranca. En menos de dos minutos llega a la primera parada: Patronato San José, donde el deterioro de la estación salta a la vista, pero luego se vuelve una constante a entre La Ofelia y La Marín. 

En la parada de la avenida Del Maestro, por ejemplo, los vitrales están cubiertos de hollín, producto del humo que dejan las unidades en cada arranque. Jorge Espín, presidente del Corredor Central Norte, dice que todos los buses reciben mantenimiento constante.  Sin embargo, ninguna de las unidades ha pasado la revisión técnica vehicular desde el año 2017.

En 2005, el servicio empezó con 74 buses. Ahora, según el vocero de esa línea de transporte, solo 60 están operativos. 
Según Espín, el problema es que desde 2017, con el cambio de autoridades, en los centros de revisión ya no se aceptó que las unidades pasen el control, debido a que no contaban con matrícula. 

En 2005, esos buses no estaban homologados. En el país, según Espín, solo había homologación para los buses tradicionales. Por esa razón no pudieron ser matriculados. 

Sobre ese tema, el secretario de Movilidad, Ricardo Pozo, señala que es una medida en análisis. Para él, que los buses pasen la revisión es una acción parche que no resuelve el problema del Corredor. Buscan un cambio integral. 

De vuelta a la unidad. Por la pandemia, los articulados han limitado el ingreso de usuarios al área del conductor. Con cintas o sogas se impide el paso, y el abordaje se hace por la segunda y la tercera puertas. El chofer viaja seguro. Desde la cinta hacia atrás, la aglomeración es para los usuarios. 

Pablo Villamarín es usuario recurrente del Corredor. Para él, el problema no es solo la cantidad de gente sino el estado de las unidades. “No hay unidad que tenga las puertas en buen estado. No se cierran por completo”. 

Entre las paradas de la av. Del Maestro y San Gabriel hay gente aún de pie. De ahí, en el Seminario Mayor los usuarios, en su mayoría, llegan a su destino. En el trayecto que resta hasta La Marín la unidad viaja con todos los pasajeros sentados. El recorrido entre La Ofelia y La Marín toma 46 minutos. 

Tanto los operadores del Corredor como la Secretaría de Movilidad están conscientes del problema. Pozo señala que, desde que asumió sus funciones, en noviembre de 2021, el cambio en el Corredor es una prioridad. 

Espín dice que están listos para empezar un cambio con la compra de nuevas unidades. Sin embargo, el Municipio no les ha emitido las características de los vehículos que podrán homologar. No quieren que se repita lo de 2005. 

A mediados de este mes, la Secretaría presentará un plan de acción. Una de las primeras medidas será mejorar la calidad del servicio con nuevas unidades y una intervención física, según Pozo. 

El problema, indica el Secretario, es el contrato de operación. En este se establece que las mejoras están sujetas al alza de tarifa. Ese corredor, hasta el momento, no ha actualizado su pasaje a 35 centavos. Dice que es un círculo vicioso en el que si no hay incremento no hay mejoras y se analizan las opciones legales y técnicas. 

Mientras tanto, al usuario no le queda más que tolerar la mala calidad del servicio. A las 09:33, en la parada Patronato San José, una unidad arranca tras el embarque de pasajeros. Deja una estela de ­esmog que ingresa a la parada.

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