Jornada de ecuavóley entre amigos terminó en tragedia por aluvión

El aluvión en el sector de La Gasca, en el norte de Quito, dejó más de 22 personas fallecidas, 47 heridas y 20 desaparecidas. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Desde hace 15 años, la cancha de ecuavóley Eduardo Ortiz ha sido un punto de encuentro para los vecinos de La Comuna, un populoso sector ubicado en el noroccidente de Quito en las laderas del Pichincha. Todos los días, hombres y mujeres se reunían allí para practicar ese deporte y compartir momentos de esparcimiento en familia.
Ese espacio es de tierra y ocupa una extensión de aproximadamente 200 metros cuadrados. Antes de la emergencia, tenía techo de zinc, contaba con baños, cerramiento y juegos infantiles.
Como de costumbre, un grupo de moradores acudió ayer (lunes 31 de enero del 2022) por la tarde a la cancha para distraerse. La jornada transcurría con normalidad y desde las 17:30 comenzó a llover con fuerza. Quienes se encontraban allí recordaron que cerca de las 18:35 se produjo un aluvión que arrastró todo lo que encontraba a su paso como vehículos, personas, basura, troncos de árboles, piedras y demás escombros.
Apenas alcanzaron a ver que una marea de aguas negras bajaba peligrosamente, todos se alteraron. “Un amigo gritó ¡corran! En ese instante se me pasó por la cabeza ingresar en mi carro, pero se me dificultó sacar las llaves. Entonces me puse a correr lo que más pude”, manifestó Luis Correa, quien estuvo en la cancha desde las 16:00 con sus amigos.
Él logró ponerse a buen recaudo en una vía transversal, pero no todos corrieron con la misma suerte. A su sobrino lo arrastró la corriente, pero lo encontraron con vida más abajo de la cancha con cortes en el cuerpo y golpes. Su automóvil quedó completamente destrozado. “No estábamos jugando un campeonato de voley como se dijo por ahí, solo nos estábamos distrayendo unas 40 personas”.
Otros moradores comentaron que las víctimas no tuvieron opción de escapar. Por la fuerza del lodo y los escombros, casi todos los asistentes a la cancha bajaron en medio del lodo por La Gasca hasta llegar a la Carvajal. “La cubierta metálica también les cayó encima y arrastró, incluidos los autos estacionados de quienes fueron a jugar”, contó el morador Darío Jara.
Hoy por la mañana, en las calles y pasajes de La Comuna, los vecinos estaban consternados. Lloraban y se abrazaban recordando a sus allegados. “Mi amigo se llamaba Patricio Criollo, me contaron que primero había salvado a una señora y su hija. Cuando trató de ponerse a buen recaudo, bajó una segunda ola de lodo lo arrastró”, manifestó Lucía Llumipanta, líder sectorial de La Comuna.
Lo recordó como un gran deportista que jugaba en el equipo Cosmos. Dejó a dos niños en la orfandad. Quienes acudieron al escenario deportivo recordaron en el aluvión se produjeron tres olas grandes de lodo que bajaron con toda la fuerza.
Kathy Guamanzara lamentó las muertes. “El señor Vicente Tingo se dirigió a la cancha en su taxi. Lamentablemente solo apareció el vehículo y se desconoce su paradero. Nos enteramos que otro señor gritó varias veces ¡aluvión! y se fue con la corriente, ojalá haya sobrevivido”.
Los moradores de La Comuna indicaron que el punto en donde se originó la tragedia fue la quebrada Tejada, la cual se tapó de vegetación escombros y basura. Por eso, maquinaria de Agua Potable del Municipio limpiaba ese punto para evitar que se produzca otra tragedia.
Llumipanta se quejó de que las autoridades no ayudaron a los damnificados de La Comuna. Acotó que desde hace tres años se avisó al Municipio sobre los problemas en la quebrada Tejada y nunca atendieron los pedidos de intervenir en la zona.
Las oficinas de Patricio Sanguña quedaron completamente destruidas. Se acabaron los escritorios, sillas, mesas y demás inmobiliario. En la casa contigua, un vehículo se incrustó en una habitación.
El nivel de agua alcanzó los 30 centímetros en las viviendas. Para Cristian Rivera, catedrático de la Facultad de Gestión de Riesgos de la Universidad Central, la catástrofe de ayer era anunciada y se pudo evitar si se aplicaba una correcta estrategia de prevención.
“Estaba tapada por vegetación, otro problema es que al interior de esta se desprendió un talud por la saturación de agua. Había escombros y una gran cantidad de troncos”, expresó el docente.
Todo ese material fue arrastrado y chocó contra tres viviendas, dañando sus estructuras. “La situación es muy grave, pues en la sala de una casa se encuentra un vehículo incrustado”.
Pasado el mediodía, más de 50 personas acudieron a las instalaciones de Medicina Legal para retirar e identificar a los cadáveres de sus familiares que murieron en el aluvión. Se encontraban sentadas sobre las gradas de cemento a la espera de que les proporcionen información.
Las escenas allí eran conmovedoras. Hombres y mujeres lloraban y consolaban tras conocer que los cadáveres de sus parientes fueron localizados en medio de escombros y basura. El alcalde Santiago Guarderas confirmó que hubo más de 22 muertos.
Además, hay 20 alertas de personas desaparecidas. En cuanto a las personas heridas se contabilizaron 47. Un contingente de policías, militares, bomberos y ciudadanos continúan en la búsqueda de personas desaparecidas.