Situado a 10 minutos de la Terminal Terrestre de Carcelén se encuentra el popular mercado de la Ofelia; a ese lugar llegan decenas de personas -desde diferentes barrios del norte de Quito– para comprar sobre todo frutas y verduras.
Históricamente, el movimiento empieza temprano. Desde las 3:00 cerca de 800 vendedores que trabajan en ese sitio corren de un lado para el otro organizando los productos para sus ventas. Lo hacen esquivando a los camiones que llegan con los encargos desde el Mercado Mayorista o desde provincias como Santo Domingo de los Tsáchilas. Las puertas del mercado se abren a las 4:00.
Pero este sábado 18 de junio de 2022 el panorama fue diferente. Cerca de las 6:15 apenas había una treintena de comerciantes y los alrededores estaban completamente desolados.
Anita Balseca era una de ellas; con las manos guardadas en los bolsillos de su mandil esperaba ansiosa la llegada de sus alimentos. Ella vende papaya, melón, piña y sandía. La carga estaba demorada por las protestas convocadas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie). El desabastecimiento se sumó a la lista de cosas que cada día le hacen pensar que no obtendrá el dinero suficiente para comer.
“No hay culantro ni cebolla para la comida”. El alza de precios -que se ha sentido de forma paulatina desde hace tres meses- lidera su lista de ‘dolores de cabeza’.
Antes -dice- el cartón de seis papayas lo compraba en USD5; ahora cuesta USD 16. El quintal de 160 naranjas valía USD 10; actualmente lo adquiere en USD 20. “Por suerte tengo caseros fijos. Ellos me hacen el gasto. Gracias a Dios ayer (viernes 17 de junio) acabé de vender el verde y el maduro”.
El costo de la zanahoria pasó de USD 8 a USD 48
Johanna Aguirre afirma que actualmente el ecuatoriano lucha con una economía “salvaje”. Dice aquello basándose en el precio de alimentos claves en la dieta de grandes y chicos como la zanahoria, cebolla, pimiento y más.
Hace tres meses -afirma- el costal de zanahoria costaba USD 8; ahora lo compra en USD 48. El costal de pimiento verde valía USD 7; hoy 18 de junio de 2022 lo adquirió en USD 25. Pone otro ejemplo: la caja de 175 manzanas costaba USD 16; ahora está en 25.
“Antes dábamos 10 manzanas por USD 1; ahora entregamos solos seis o cinco”. Por la venta de cada caja de manzana Johanna gana USD 3; en un sábado normal, sin paro, lograba vender tres cajas. Con ese dinero “sobrevive” la familia de Johanna, integrada por seis miembros. Este sábado la comerciante acudió a la feria con todos sus hijos, incluida una menor de un año y medio.
El precio de los fletes también subió
Cuando hay un paro nacional el costo de la vida se encarece: sube el precio de los alimentos de primera necesidad, pero también el de la movilización. “A eso hay que sumar el precio de la gasolina”, comenta indignada Johanna Aguirre, que labora en el Mercado de la Ofelia desde hace 20 años.
También se molesta Anita Balseca. “Todo está caro”. Sobre el transporte para movilizar sus productos dice que el viaje desde Santo Domingo de los Tsáchilas hasta su lugar de trabajo le costaba USD 130; hoy 18 de junio de 2022 pagó, por ese mismo trayecto, USD 200. “Casi se llevan la ganancia de uno”.
Aundon Ronquillo, de 58 años, también pagó ese mismo valor por su flete. Él vende plátano verde y maduro. “Los precios están por las nubes, por eso estoy de acuerdo con las protestas”.