Tal como lo anunció el director del Servicio de Rentas Internas (SRI), Carlos Marx Carrasco, el pasado 14 de julio, el Gobierno ya tiene definido su plan de mejoramiento de los combustibles.
En ese entonces, el funcionario expresó que esa política había sido analizada dentro del Gobierno como una pieza fundamental para complementar la reforma tributaria de corte ambiental que se prevé enviar a la Asamblea.
Marx Carrasco explicó que se requerirán unos USD 200 millones para la sustitución (vía importación) de combustibles de mejor calidad. Y señaló que la orden del Presidente era que eso se implemente como máximo en cuatro meses, ya que el precio al público subiría apenas un 2%, pero se tendría mejores combustibles.
Sin embargo, el pasado sábado, casi un mes después de las declaraciones del Director del SRI, el presidente Rafael Correa se mostró sorprendido y enojado con las autoridades de Petroecuador, porque no hay un plan para mejorar la calidad de los combustibles que se venden en el país.
El Mandatario, visiblemente molesto, incluso amenazó con privatizar la estatal petrolera si no se le presentaba una solución.
Pero el plan ya estaba diseñado desde hace un mes. Por ello, el gerente general de Petroecuador, Marco Calvopiña, no tardó nada en convocar a rueda de prensa, ayer en la mañana, para presentar el proyecto de mejoramiento de la calidad de los combustibles.
Y respondió diplomáticamente el halón de orejas del Presidente: “aceptamos la crítica de que no se ha hecho nada para mejorar la calidad de los combustibles. Y junto a los ministerios de Recursos No Renovables y de Sectores Estratégicos hemos diseñado este plan”.
Es más, Calvopiña aseguró que se contrató por USD 85 000 a la empresa Jacobs para que brinde soporte técnico y económico. Por ello, desde hace una semana ya trabaja en el país. Los resultados se conocerán en dos semanas.
El programa está dirigido únicamente para el sector automotor. Contempla tres etapas para el mejoramiento de la calidad del diésel y dos etapas para las gasolinas. En el primer caso, el actual Diésel 2 (con una concentración de azufre de 7 000 partes por millón) se reemplazará por Diésel Premium (500 partes por millón de azufre). Actualmente es el diésel que se vende en Quito, Cuenca y una parte de Guayaquil.
La meta es que hasta enero del 2012 todo el país tenga ya ese nuevo diésel. Y, a partir de ese instante, empezará la segunda etapa, de sustitución por el Diésel Ultra Bajo (10-15 partes por millón de azufre). Hasta octubre del 2012 se volverá a realizar el reemplazo en todo el país.
Finalmente, la tercera etapa irá destinada a la construcción de plantas de desulfuración (que reducen o eliminan el azufre) en las refinerías existentes en el país. Allí se elaborará un nuevo tipo de diésel, denominado UBA, que tendrá como máximo 10 partes por millón de azufre.
En cuanto a las gasolinas, la primera etapa se destinará a la importación de aditivos que mejoren el octanaje de las gasolinas actuales. Así, la Extra pasará de 81 a 85 octanos y la Súper de 90 a 95 octanos. Aunque en dos semanas se definirá si se aplica una medida en estudio que es contar con una gasolina única de 90 octanos.
Esta sustitución de la gasolina implicará un aumento del precio por galón de entre USD 0,10 y 0,15. “Como Petroecuador, no mantenemos una política de subsidios. Solo entramos en la parte técnica”, expresó Calvopiña.
La sustitución de las gasolinas llegará a cumplirse en todo el país hasta enero del 2012. Y, mientras tanto se construirán plantas especiales en las refinerías para tener desde enero del 2015 una gasolina de 95 octanos, similar a la que se utiliza en la Unión Europea.
Para todo este plan de construcción de las plantas, el Gobierno requerirá una inversión de USD 1 400 millones. Para financiarse, se llamará a licitación durante el primer trimestre del 2012.