La industria metalmecánica nacional exporta su producción con alto valor agregado a destinos tan diversos como Iraq y Nigeria.
Sin embargo, no es tomada en cuenta dentro de las propias fronteras del país para la construcción de los proyectos hidroeléctricos, que bordean una inversión aproximada de USD 5 000 millones.
Las empresas metalmecánicas, que emplean a 150 000 trabajadores ecuatorianos, se concentran principalmente en el acero y han llegado a desarrollar dispositivos tan complejos como torres de destilación para refinerías.
Dentro de un proyecto hidroeléctrico pueden fabricar hasta un 65% de todos los componentes electromecánicos con una precisión milimétrica y de alta calidad. Eso no es aprovechado por las constructoras chinas, rusas y brasileñas, al frente de las nuevas hidroeléctricas, que ofrecen un espacio mínimo o casi nulo.
Ello lo confirma el titular de la Federación Ecuatoriana de Industrias del Metal, Guillermo Pavón, quien además detalla que la industria metalmecánica ecuatoriana está en plena capacidad de desarrollar tuberías de presión, compuertas, ductos, conos de soporte, grúas y puentes para los proyectos hidroeléctricos.
De hecho, ya lo han efectuado en las centrales Mazar y Ocaña.
Pese a esta experiencia y capacidad, las constructoras del Coca-Codo Sinclair (Sinohydro) y el Toachi-Pilatón (Inter Rao) -las ‘megaobras’ continuamente promocionadas por el Gobierno- no han tomado en cuenta este valioso componente nacional.
Al contrario, los empresarios ecuatorianos han tenido que acudir desde hace seis meses en continuas ‘peregrinaciones’ ante los ministros Esteban Albornoz, Verónica Sión, Nathalie Cely (antes de ser embajadora en EE.UU.), Santiago León y Ricardo Patiño para exponer su problemática.
Pero la situación no cambia. Las constructoras extranjeras han realizado visitas fugaces a las fábricas nacionales para “comunicarles” por qué no se las contrata.
[[OBJECT]]El vicepresidente de Acero de los Andes, Jorge Elizagaray, indica que la situación se está agravando aún más porque las mismas constructoras, como Sinohydro, están montando fábricas de acero al pie de los proyectos, conviriténdose en directas competidoras de la industria nacional.
En varias visitas al Coca-Codo Sinclair, este Diario identificó al menos dos fábricas de tratamiento de acero para proveer directamente al proyecto. Lo cual no sucedía antes porque las constructoras de las obras subcontrataban a empresas nacionales de acero para que fueran sus proveedoras, asegura Elizagaray.
Con más de 40 años de experiencia, Acero de los Andes se endeudó con la CFN e invirtió cerca de USD 3 millones en comprar nueva maquinaria y ampliar su planta al sur de Quito con la visión de tener más contratos de los proyectos hidroeléctricos.
Esto no pasó, la deuda quedó y la maquinaria está subutilizada.
Esta empresa ha realizado contratos en América, África y Asia con Impregilo, Exxon, Perenco, Repsol, Petrobras, Voith y Siemens y ha colaborado en el país con estructuras de acero para las centrales de Mazar, Hidroabanico, Manageneración, entre otras.
Otra compañía preocupada es Bombas & Tuberías (B & T). Al frente de ella, Eduardo Cisneros, cuenta que la firma diseñó, fabricó e hizo el montaje de las compuertas radiales y planas del Proyecto Hidroeléctrico Ocaña.
Estos componentes de acero inoxidable son de altísima precisión, destaca Cisneros, y requirieron de la compra de maquinaria de corte computarizado.
La empresa además armó el puente grúa de la central hidroeléctrica Mazar con una capacidad de carga de 200 toneladas.
Sin embargo, para las nuevas obras se le han cerrado las puertas. “Inter Rao nos dijo que van a traer todo de Rusia y las empresas chinas dijeron que no estamos capacitados. Odebrecht, de Brasil, ha dicho que ya que los créditos vienen de ese país, todo tienen que traer de allá”, dijo Cisneros.
En marzo pasado, el ministro de Electricidad, Esteban Albornoz, indicó a este Diario sobre el tema que “las empresas constructoras (extranjeras) saben de la prioridad de la industria nacional.”
Pero la industria metalmecánica ecuatoriana no ve aún los frutos de esta declaración.