El Gobierno tiene previsto anunciar mañana si se incrementa el precio del pan popular, que desde el 2008 está congelado en USD 0,10.
La ministra coordinadora de la Producción, Nathalie Cely, manifestó que una vez que terminara el acuerdo entre el Gobierno y los industriales para vender los insumos a los panaderos a precios preferenciales, se han realizado análisis para determinar la factibilidad de un incremento del costo.
Para la titular de la Cartera de Estado es comprensible que los empresarios, principalmente los harineros, suban los precios, pero que ni aun así se justifica un impacto tan fuerte como para subir el pan en más de USD 0,01.
“Si sube será en ese 0,01. Todavía estamos dialogando con los gremios para buscar soluciones alrededor de este tema. El valor que se determine lo tendrán que acatar a nivel nacional”.
La decisión se tomará pese a las pugnas que existen entre la Federación Nacional de Panificadores (Fenapan) y el Gremio de Panaderos de Pichincha.
Estos últimos ya anunciaron el pasado martes un incremento de entre USD 0,03 y 0,05 por pan. Ellos dijeron no tener ninguna relación con Fenapan, con quien está negociando el Gobierno, por lo que el nuevo costo propuesto regirá a partir de este lunes.
Sin embargo, la ministra Cely manifestó que ella no tiene nada que ver con los problemas internos de ambas asociaciones y que cualquier panadería, de no acogerse a la decisión que se tome, será sancionada durante los operativos de control de precios que harán las intendencias.
Ante estas amenazas, WilsonPilco, coordinador del Gremio de Panaderos de Pichincha, manifestó que “es una arbitrariedad, pero si aplican esas medidas no podemos hacer nada ante eso”.
Dijo que no se acogerán al precio que determine el Gobierno, ya que nunca se reunieron con ellos para analizar el costo del pan. Mientras Isabel Dávila, de Fenapan, explicó que es apresurado dar una cifra, pero se está dialogando sobre el tema y se ha conseguido apoyo para recibir créditos para tecnificar al sector.
El trigo está escaso en la región
El alza de los precios internacionales de los cereales (trigo, soya y maíz) empieza a generar problemas en los mercados latinoamericanos. Los principales proveedores redujeron sus niveles de producción y empieza a escasear.
Según los registros de la Organización de las Naciones Unidas, la producción de Argentina se redujo y ahora no puede comercializar sus cereales a la región. Pero la situación se complica cuando la producción en el mundo descendió en 41 millones de toneladas en el 2010. De 2 279 millones en junio del año pasado pasó a 2 238 millones en diciembre.
Solo en Rusia y Australia incremento la producción de trigo pero para llegar a Latinoamérica ahora cuesta más. Víctor Tamayo, propietario de una de las grandes panaderías de Guayaquil, contó que la escasez de trigo impactó directamente en los precios. “Los precios han subidos también en países como Perú e Inglaterra”.