La necesidad de la focalización y paulatina eliminación de los subsidios a los combustibles y la energía en América Latina vuelve a cobrar fuerza.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) dedica un espacio importante en su informe de perspectivas económicas para este año a este tema. La razón, según explica el organismo, es que estos subsidios muchas veces son los responsables de los déficits fiscales en los países.
Esta situación es menos preocupante en épocas de bonanza, pero cuando se requiere más recursos para invertir vuelve la necesidad de revisar el tema de los subsidios.
En este contexto, las autoridades ecuatorianas presentaron el plan para retirar el subsidio al gas licuado de petróleo (GLP) o gas doméstico. De esta forma, la población ecuatoriana pagará el precio internacional de este combustible a partir del 2016, aunque se incentivará el reemplazo del gas por electricidad, con un menor subisidio para las arcas fiscales.
El FMI señala en su informe: “Algunos países fijan los precios internos de los combustibles por debajo de los precios internacionales a manera de una política social permanente para transferir al público la riqueza derivada de los recursos naturales. La brecha entre los precios internacionales y nacionales de los combustibles es particularmente amplia en Venezuela (donde los subsidios equivalieron a aproximadamente el 7% del PIB en el 2013) y Ecuador (6%)”.
Y añade que la eliminación de los subsidios suele ser una medida óptima pero típicamente muy difícil. La experiencia internacional destaca la importancia de eliminar los subsidios de manera pragmática; es decir, gradualmente, y con medidas de mitigación bien focalizadas en los más vulnerables y los grupos más afectados por la reforma. La implementación de las políticas debe ir acompañada de una estrategia de comunicación orientada a generar respaldo”.
Según el economista Sebastián Troya, el actual Gobierno ecuatoriano cuenta con dos ventajas coyunturales: “una, la gran cantidad de dinero fluyendo en la economía, que hace que todos nos sintamos con mayor capacidad de gasto; y dos, la aceptación que tiene el Presidente en la población”.
Con ello, el camino de retirar los subsidios, que históricamente había sido infranqueable, está más allanado.
La fórmula se ha replicado con éxito en otros países, según cuenta el FMI. “Jordania empezó a reducir gradualmente los subsidios a los combustibles en el 2005, y el proceso culminó en el 2008 con el pleno traspaso del precio; el Gobierno simultáneamente elevó el salario mínimo, mantuvo una tarifa eléctrica básica e implementó un sistema de transferencias en efectivo a los hogares de bajo ingreso. En el 2008, Indonesia y Mozambique también adoptaron medidas de mitigación para compensar las alzas de los precios de los combustibles”.
Sin embargo, el organismo da otras recomendaciones adicionales al Ecuador. “El desafío clave se relaciona con la construcción de márgenes de maniobra para enfrentar el riesgo de caídas futuras en el precio del petróleo, que podría ejercer presión sobre las cuentas externas y fiscales. El gasto debería reducirse considerablemente (lo que incluye una reducción y una mejor focalización de los subsidios), a fin de corregir los desequilibrios macroeconómicos y mejorar los márgenes de maniobra”.
En la Revista LÍDERES…
En este escenario, el presidente del Directorio del Banco Central, Diego Martínez, resaltó lo positivo de las políticas públicas, de cara a los próximos años. El crecimiento del 4,5% en el 2013, será mejor en los dos años que vienen.
El funcionario asegura que la economía no petrolera (especialmente en seis sectores) apuntala el crecimiento y que, si bien el petróleo es importante, los ingresos se están destinando para dejar en el largo plazo de depender de él.
Todo esto se recoge en la edición del Semanario LÍDERES que circula hoy. Allí se detalla el aporte de sectores como la construcción, el petróleo y minas, la agricultura, la manufactura, el transporte y la enseñanza como pilares económicos. Con ello el Régimen espera crecer al 5% este año.
[[OBJECT]]