Tras los momentos de angustia que vivieron los mercados internacionales la semana pasada, hoy el fantasma de una nueva crisis financiera todavía ronda por el planeta.
Pese a la decisión del Congreso estadounidense de elevar el techo de endeudamiento en USD 2,1 billones y las previsiones de un mejoramiento del empleo en ese país, las bolsas de valores de todo el mundo colapsaron y el valor de las materias primas (incluido el petróleo) se fueron a la baja.
Eso activó la alarma en todos los países a tal punto que se anuncian medidas de blindaje para enfrentar una posible crisis mundial.
Aunque varios analistas consideran que esta situación no es ni de lejos similar a lo que pasó en la última crisis del 2008, hay otros que afirman que se vienen tiempos sumamente complicados.
Los operadores adversos al riesgo huyeron en estampida de los activos financieros el pasado jueves, cuando el petróleo bajó a valores mínimos en varios meses y los metales básicos, al igual que los granos, también cayeron. Este movimiento tuvo lugar ante los temores de que EE.UU. pudiera estar cerca de otra recesión.
¿Es el final del auge de los ‘commodities’?, se pregunta el Financial Times. Todo hace pensar que “aunque los fundamentos aún se ven robustos, el panorama económico se está deteriorando rápidamente, en particular en los países desarrollados. El petróleo es buen ejemplo: EE.UU. y la demanda europea se han reducido en los últimos dos meses, mientras que el crecimiento del consumo chino se desaceleró en este año”.
Ya en el plano específico del petróleo, un producto del cual depende en su mayor parte la economía ecuatoriana, las proyecciones concuerdan en que el valor del barril fluctuará todavía en la banda de entre USD 80 y USD 90.
Según el Ministerio de Energía y Petróleo de Venezuela, pese a que hubo un impacto negativo sobre los precios petroleros la semana pasada, estos tendrían que caer por debajo de USD 90 por barril, sumándose al retroceso de USD 20 desde los máximos de este año, para que los productores y las grandes compañías empiecen a sentirse afectados”.
Para la firma analista del mercado petrolero, JBC Energy, en un escenario inestable como el actual es difícil pronosticar qué ocurrirá con el precio del crudo. “Hace unos meses la idea era que iba a subir más, pero hoy se ve una demanda decepcionante, fruto de la debilidad de la economía, pero también del impacto de los altos precios en los últimos años”.
Esta firma cree que es poco probable que el precio caiga por debajo de USD 80, ya que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) actuaría de alguna manera para evitar que esto suceda en este año.
La misma percepción tiene el analista petrolero ecuatoriano Luis Calero, para quien el precio del barril se mantendrá entre USD 80 y 90 en lo que queda del año. “En apariencia eso no debería traer complicaciones a la economía ecuatoriana, ya que el Presupuesto fue armado con un barril promedio de USD 73. Sin embargo, este año ha habido, de alguna forma, una costumbre de tener ingresos con un barril de más de USD 100 y, entonces, ahí puede haber complicaciones”.
En otras palabras, el analista económico Julio José Prado, señala que para esta temporada de crisis era necesario tener un colchón. “Hace un año, el Ministerio de Finanzas anunció la compra de un seguro petrolero. ¿Y qué pasó? Nada. Se compra cuando se está bien, no cuando ya se cayó el precio del petróleo”.
Mientras que para el asesor financiero Javier Andrade, “depender del petróleo siempre ha sido una ruleta rusa. Y lo peor es que no aprendemos de las crisis”.
China se lleva gran tajada del crudo nacional
En julio de este año, el Ecuador dejó de pagar 2,8 millones de barriles de petróleo mensuales a China. El primer préstamo firmado en el 2009 tenía un plazo de pago de dos años.
Pero aún quedan otros créditos que deben ser cancelados con la producción petrolera del país. Específicamente, Ecuador debe destinar 5,8 millones de barriles mensuales a su prestamista.
Hasta julio de este año, eso significaba el 53% de la producción pública de petróleo, pero esa situación varió hacia la baja con el cumplimiento del compromiso.
Según la investigación de Carolina Landín, de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes), los volúmenes entregados a China son mucho mayores a los necesarios para pagar los créditos si se vendieran directamente en el mercado.
“Junto a esta obligación se entrega crudo con diferenciales y premios fuera del mercado, porque resulta difícil mantener condiciones favorables ante China. Además, el riesgo de fijación de precios por concentrar las ventas en un solo actor crece”.
Los términos bajo los cuales se firmaron los préstamos contraídos con el ‘tigre asiático’ han sido celosamente protegidos por el ministro de Finanzas, Patricio Rivera. En sus escuetas y ocasionales declaraciones, el funcionario ha señalado que no podía entregar detalles sobre procesos de negociación en marcha. Sin embargo, hoy ya están firmados esos créditos y aún así no han hecho públicas las condiciones chinas.
Rivera también ha informado que los préstamos con China que involucran ceder petróleo no fue una compra anticipada sino que se pacta al precio del mercado en el que se embarcan los barriles.
Y, según esa premisa, significaría que habría que destinar más barriles de crudo mensuales para compensar esa caída o demorar el pago de la deuda. De ahí que el analista Henry Llanes demanda a las autoridades que den a conocer cómo se firmaron los créditos.
El valor de las materias primas podría caer
Las materias primas, a excepción del oro, posiblemente caerán hoy debido a la rebaja en la calificación de deuda de EE.UU. (de AAA a AA+ por Standard and Poor’s) y al empeoramiento de la crisis en Europa, pero es posible que no haya pánico.
Los metales preciosos deberían beneficiarse de una renovada aversión al riesgo, mientras los prospectos sobre la demanda de petróleo, metales preciosos y granos se deteriorarían.
La fuerte expansión en China -que es el primer consumidor mundial de cobre, el segundo de crudo y un importante comprador de granos- además de los ajustados suministros globales para algunas materias primas como el carbón y el mineral de hierro, brindarán cierto respaldo y algunos inversores podrían ver la debilidad como una oportunidad de compra.
“Debería haber un declive ordenado, nada por lo cual entrar en pánico. Lo importante ahora es que la confianza no caiga demasiado”, señaló David Thurtell, analista de Citigroup.
La calificación de deuda estadounidense a largo plazo es una medida que con el tiempo podría remecer a los mercados al elevar los costos de crédito y dificultar la recuperación sólida.
Esta decisión y la creciente crisis en Europa llevaron a las autoridades de Finanzas a sostener una teleconferencia de emergencia ayer.
Olivier Jakob de Petromatrix sostuvo que una caída de las acciones podría arrastrar a las materias primas, dado que algunos fondos de cobertura estarían afrontando llamados a reponer garantías.