Tras la dolarización, salarios crecieron al 12% anual

Infografía con datos del salario antes de la dolarización y evolución del salario básico unificado

Infografía con datos del salario antes de la dolarización y evolución del salario básico unificado

En 1999, según información del Banco Central del Ecuador, el salario mínimo vital era de 1 025 033 sucres.

Ese valor, de acuerdo con un estudio de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes), equivaldría a USD 98 actuales. Con la llegada de la dolarización, esta cifra cayó a USD 80 de hoy, acota el informe de Cordes.

La nueva figura monetaria trajo un cambio importante al pago del sueldo: se articularon todos los componentes en uno solo y se creó el salario básico unificado.

Pero Carlos Sánchez, ex representante de los trabajadores ante el Conades y líder de organizaciones sindicales, considera que eso no ha eliminado la injerencia política en el tema. “No se ha logrado definir el incremento con base en la negociación del Conades, sino que ha sido una fijación del Gobierno de acuerdo con sus criterios de lo que es la productividad y la inflación”.

Entre el 2002 y el 2012, los incrementos salariales han sido del 12% anual en promedio.

“El Conades debería ser un ente técnico que se reúna de forma permanente. A esto hay que sumarle ofertas, como la del pago del salario digno, que no se cumplen realmente”, dice Sánchez. Con ello se refiere a que el Régimen en vez de aumentar el salario al costo total de la canasta básica se ajusta a la idea de que el salario digno es la suma de todos los ingresos que recibe un trabajador en el mes (hoy de USD 350,70).

La propuesta de los trabajadores ha generado críticas de empresarios, quienes aseguran que las alzas no se ajustan a la realidad del sector. Ellos señalan que los ajustes en materia salarial y laboral (obligación de la afiliación, pago de sobresueldos, seguridad industrial, etc.) manejados desde el Régimen como una forma de ganarse la voluntad de la población, han impactado en los costos de producción en las empresas.

“Es importante que haya justicia en materia salarial, pero hay impacto. En industrias, manufactura, etc., el impacto en el costo final de producción es de 40% y en el de comercio alrededor de 20%. Al final del camino los que pagan los incrementos son los ciudadanos”, dijo Ricardo Flor, titular de la Cámara de la Pequeña Industria de Pichincha (Capeipi).

El analista Jaime Carrera también cuestiona esto. “El básico es casi el 80% del PIB per cápita mensual y en la generalidad de los países de América Latina es del 40%. La decisión de las alzas es más política que técnica, lo cual ha aumentado los costos empresariales y ha alejado la inversión”.

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