Los principales productores petroleros en América Latina: México, Venezuela, Brasil y Colombia apuestan el desarrollo futuro de su industria al crudo pesado y extrapesado, animados por los buenos precios internacionales y ante el declive de los campos de livianos.
“Las cada vez más difíciles condiciones para encontrar petróleo ligero, sumado con los buenos precios del mercado internacional, han hecho ganar espacio a los crudos pesados y extrapesados, especialmente en América Latina”, dijo ayer Javier Gutiérrez, presidente de la estatal colombiana Ecopetrol, en un congreso regional de crudos pesados que se realiza en Bogotá.
A su vez, Carlos Rodado, ministro de Energía de Colombia, sostuvo que el desarrollo de los crudos pesados y extrapesados en la región “tiene un futuro promisorio, gracias a los avances de la tecnología para su extracción, la mejora en su factor de recobro y en los procesos de refinación”.
Venezuela tiene las mayores reservas petroleras certificadas del mundo y en su mayoría son de crudo pesado y extrapesado. Una situación similar ocurre con México.
“Los extrapesados son el futuro de México. Las reservas de petróleo fácil se están acabando y vivimos el declive de nuestro principal campo, Cantarell, que produce actualmente unos 500 000 barriles diarios”, dijo Luis Ángel Carrillo, coordinador del proyecto de crudos extrapesados de la estatal mexicana Pemex.
Por su parte, Clovis Santos, directivo de la estatal brasilera Petrobras, señaló: “Enfrentamos un reto muy grande, porque gran parte de las acumulaciones de hidrocarburos en nuestras aguas son de crudos pesados. El desarrollo de tecnología para explotar esos campos ha permitido desarrollar varios campos”, dijo.