Las bolsas europeas extendieron sus pérdidas tras una jornada negra y el oro alcanzó nuevas cumbres bajo el impacto de temores crecientes sobre la economía mundial y de las dudas sobre la capacidad de financiación de los bancos.
A pesar de un ligero repunte hacia el final de la sesión en la estela de Wall Street, todas las plazas europeas volvieron a cerrar en rojo, al día siguiente de haber sufrido caída de entre 4% y 6%.
La más afectada volvió a ser la Bolsa de Milán, cuyo índice FTSE Mib cedió 2,46%, después de haber llegado a perder más de 3% en el transcurso de la sesión.
En Francfort, el Dax retrocedió otro 2,19%, y acumula pérdidas de 23,5% en lo que va del mes de agosto. Madrid cayó 2,11%, París 1,92%, Londres 1,01% y Lisboa 0,30%.
Hacia las 16:15 GMT, la bolsa de Nueva York trataba de recuperarse después de haber abierto a la baja: el Dow Jones perdía 0,46%, después de haber hecho una breve incursión en el verde, y el Nasdaq ganaba 0,46%.
Como la víspera, los bancos siguieron padeciendo las dudas de los inversores sobre su capacidad para financiarse a raíz de la crisis de la deuda.
En París, el banco Société Générale, que perdió casi un 40% de su capitalización bursátil en el último mes, cerró en baja de 3,38% y BNP Paribas de 4,27%. En Londres, Lloyds Banking Group cayó 4,78%, Royal Bank of Scotland (RBS) 5,38% y Barclays 2,27%. En cambio, Commerzbank, cuya acción perdió un 30% de su valor en lo que va de mes, terminó con ganancia de 0,37%.
La tendencia también había sido a la baja en los mercados de Asia, donde la bolsa de Tokio perdió este viernes 2,51%, la de Hong Kong 3,08%, la de Seúl 6,22% y la de Sídney cayó 3,51%.
En este contexto y ante la ausencia de nuevos datos que puedan cambiar la tendencia, el oro -valor refugio por excelencia en tiempos de crisis- siguió batiendo récords al alza.
El precio de la onza del precioso metal tocó los 1.867,95 dólares hacia las 07H45 GMT en el London Bullion Market, el mercado al contado de la capital británica, ocho días después de haber franqueado por primera vez la barrera psicológica de los 1.800 dólares.
“Los temores a una recesión mundial se incrementaron estos últimos días tras la revisión a la baja de las previsiones de crecimiento y ante la impotencia de los dirigentes para hacer frente a la crisis actual, tanto en Europa como en Estados Unidos”, comentó Michael Hewson, analista de CMC Markets.
Barclays revisó el viernes a la baja su previsión de crecimiento para la zona euro en 2011 y 2012, a 1,8% y 1,1%, contra 1,9% y 1,6%, respectivamente.
Esta revisión sigue en la tónica de la anunciada la víspera por el estadounidense Morgan Stanley, que estimó también que las economías de Estados Unidos y Europa se hallaban “ peligrosamente cerca de la recesión ” .
Los datos sobre la economía estadounidense publicados el jueves no contribuyeron a calmar el nerviosismo reinante. Estos mostraron un incremento de las inscripciones para solicitar subsidios por desempleo la semana pasada, una recaída de la reventa de viviendas en julio y el hundimiento de la actividad industrial en la región de Filadelfia (este) en agosto.
“Los flojos datos económicos siguen poniendo los pelos de punta a los inversores y con una volatilidad que continúa siendo fuerte en todas las bolsas mundiales, la reacción de los mercados sigue siendo rápida y severa”, estimó por su parte Joshua Raymond, responsable de estrategias de márketing en la correduría de bolsa londinense City Index.
El petróleo sin embargo parecía recuperarse, tras haber caído la víspera más de cinco dólares en Nueva York.
Hacia las 16:10 GMT, en el New York Mercantile Exchange (Nymex) el barril de West Texas Intermediate (designación del “light sweet crude” negociado en EEUU) para entrega en septiembre ganaba 66 centavos, a 83,04.
El barril de Brent del mar del Norte para entrega en octubre subía 1,52 dólares, a 108,51.
Mientras tanto, el euro subía ante el dólar (1,4406 dólares por unidad, contra 1,4337 el jueves por la noche) y ligeramente ante el yen, otro de los valores refugio de referencia.
Por su parte la divisa estadounidense perdía terreno ante el yen, que marcó su nivel más alto frente al billete verde desde la Segunda Guerra Mundial al subir hasta las 75,95 unidades por un dólar.
“El movimiento en el yen es indicativo de que los inversores continúan evitando el riesgo”, estimó Nick Stamenkovic, analista de divisas en la compañía londinense RIA Capital Markets.